Ubicado detrás del barrio Mondongo, en uno de los extremos del paseo del Bosque platense el edificio es mudo testigo de una serie de episodios trascendentes para la ciencia y la tecnología nacional.
Ahí, desde uno de los laboratorios, Guillermo Garaventa y el resto del equipo controla las baterías del satélite científico argentino SAC-C. También ahí un grupo de investigadores coordinados por Javier Amalvy se quemó las pestañas en el desarrollo de polímeros sintéticos biocompatibles, para construir prótesis que no sean rechazadas por el organismo.
Aquel edificio no es otro que el que sirve de sede al Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (Inifta), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y que mañana iniciará los festejos por el 60º aniversario de su fundación.
También es el segundo hogar de Carlos J. Cobos que realizó investigaciones que contribuyeron al entendimiento del problema del “agujero en la capa de ozono”.
El acto
La apertura de las actividades se realizará a las 8.30
-en 64 y diagonal 113- con un acto al que están invitadas autoridades municipales, provinciales y universitarias, además de destacados representantes de la comunidad científica.
En esa oportunidad recibirán un reconocimiento cuatro investigadores que estuvieron prácticamente desde el comienzo de las actividades y aún forman parte del plantel; ellos son Juan Sicre, Alejandro Arvía, Lydia Cascarini de Torre y Enrique Castellano, quien se encuentra ligado al Instituto desde 1948, año de la fundación.
El miércoles a las 10 se realizará una mesa redonda en la que se hablará de energía y medio ambiente, pero la agenda se prolongará hasta el 28 del corriente con un encuentro científico sobre las Fronteras de la fisicoquímica: un enfoque interdisciplinario, que contará con la participación de destacados investigadores del país y el exterior.
La historia
El auspicioso presente de la institución se debe al esfuerzo inicial del profesor Hans Joachim Schumacher y sus primeros colaboradores que, con espíritu visionario, pusieron en marcha un proyecto integral de desarrollo de esta disciplina en nuestra ciudad, con la idea de proyectarse al conjunto del país y a toda la región.
Fue justamente esta política académica, la que permitió consolidar este campo de la química, no sólo en la UNLP sino también en otras universidades nacionales y latinoamericanas.
Este centro, constituido inicialmente por un reducido número de pioneros, se ha convertido hoy en uno de los más grandes del país, con casi doscientos docentes investigadores, de los cuales más de 50 están realizando su doctorado. En su tarea ininterrumpida ha contribuido a la generación de numerosas escuelas en el campo de las ciencias químicas y a la formación de profesionales del más alto nivel.
En la actualidad, sus integrantes realizan acciones de transferencia al sector productivo y gubernamental, y los proyectos de investigación que se desarrollan en su seno cubren temas de interés estratégico para el país, entre los que se destacan el Programa Espacial Argentino y las investigaciones emprendidas en el campo de las nanociencias y las energías alternativas.
Todos estos trabajos colocan a la UNLP entre las instituciones fundacionales en el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país.

fuente : diario hoy