lunes, 22 de febrero de 2010

 

otra de calendarios

Y si hay una gran variedad en cuanto a calendarios y sus duraciones, en el caso de la duración de las semanas la variedad es aún más grande, aunque ahora estemos acostumbrados a la semana de siete días y así sea como la define la Real Academia Española.

Sin ir más lejos, parece que los nombres de los tres primeros días de la semana en euskera hacen referencia a una semana de tres días, ya que se traducen por semana-primero, semana-en medio y semana-último, mientras que en el otro extremo estarían los mayas y los aztecas, que dividían el año solar de 360 días en 18 periodos de 20 días y cinco días extra sin nombre, aunque además ha habido y hay semanas de cuatro, cinco, seis, ocho, nueve diez, y trece días.

La mayoría de estas distintas duraciones de la semana tienen que ver con motivos culturales o religiosos, aunque un caso aparte es la semana de diez días instaurada tras la revolución francesa que estuvo en vigor desde finales de 1793 hasta 1802 y brevemente durante 18 días en 1871.

Pero sin duda la palma se la lleva la Unión Soviética y su calendario revolucionario.

Entre 1929 y 1931 se pasó a las semanas de cinco días, con lo que el año se dividía en 72 semanas con cinco días extra considerados como festivos nacionales insertados en tres de esas semanas para completar los 365 días del año.

La idea era aumentar la productividad y que cada día un 80 por ciento de los trabajadores estuvieran trabajando, pues los días de libranza se repartían según un código de cinco colores que hacía que nunca estuvieran todos libres a la vez como sucede con las semanas normales con sus fines de semana.

Esto, de todos modos, no funcionó muy bien, porque las máquinas tendían a estropearse más al estar permanentemente en funcionamiento sin que hubiera tiempo para su mantenimiento y porque a menudo, debido a la rotación de los turnos por los colores de libranza, le tocaba manejarlas a operarios poco habituados a ello.

Así que desde el verano de 1931 hasta el 26 de junio de 1940 se pasaron a semanas de seis días en las que el sexto día era el día libre de los trabajadores, aunque el día 31 de los meses que lo tienen era un día de trabajo en la mayor parte de las factorías, igual que el 1 de marzo era también laborable para compensar la última semana de febrero, más corta que las otras.

Estas dos peculiares ideas de la Unión Soviética fueron sintetizadas por Carlos Manuel Varsavsky en una propuesta para que las semanas fueran de seis días de los que cuatro serían laborables, manteniendo intacto el producto interior bruto del país al utilizar las libranzas no simultáneas por grupos, pero con la particularidad de que, a diferencia de en la Unión Soviética, todos los miembros de una familia librarían en los mismos días al ser asignados al mismo grupo.

Pero de todos modos, contemos como contemos los años, meses, semanas y días, conviene no olvidar que si resumiéramos la historia del universo en 24 horas los primeros humanos no habría aparecido hasta aproximadamente las 10:30 de la noche y que toda nuestra historia escrita cabría apenas en unos segundos, lo que sin duda pone en perspectiva las cosas.

Fuente---> ACA

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Comentarios:
eh? me perdi! :(
 
si se perdio preguntele a alguien donde queda lanus y vaya pa ahi
 
Ah, bueno, está bien!
 
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