La Plata, Ciudad Generosa

El Parque Pereyra Iraola es el pulmón verde más importante que tiene esta región de la provincia de Buenos Aires. Ubicado en medio de grandes conglomerados urbanos como La Plata, Berazategui y Florencio Varela, tiene 10 hectáreas de parque y selva que constituyen un verdadero tesoro natural.

Fue expropiado en 1948 por el entonces presidente Juan Domingo Perón (ver aparte) para transformarlo en parque provincial de uso público. Es un paseo magnífico, pero aquellos que lo conocen dicen que en los últimos años se ha visto ganado por la desidia y el abandono oficial.

Cipreses, eucaliptos, robles, araucarias, ceibos, comadrejas, peludos, cisnes, cardenales, zorzales, benteveos, carpinteros, calandrias y cientos de especies de árboles y vegetación autóctona y exótica, habitan el imponente pulmón bonaerense. Pero lo cierto es que el predio declarado en 2008 Reserva de la Biósfera -por la Unesco- está a merced de su suerte.

“El Parque está en continuo estado de riesgo porque desde que fue declarado reserva, que fue algo que ayudó mucho, quedó fuera de toda estructura y de todo organismo, por lo que no se asigna un presupuesto que permita hacer algo”, explicó la jefa de Guadaparques, Alba Ale, y agregó que
el predio se encuentra en “total estado de abandono y desprotección”.

Al respecto, añadió que el presupuesto asignado es lo “mínimo y necesario” para funcionar y que por esa razón el parque está a merced de la tala, la caza furtiva, los incendios y la basura.

Los incendios

Sin protección y a merced del vandalismo, el parque sobrevive, pero a pesar de los esfuerzos y el trabajo de los guardaparques la situación sigue siendo de “desprotección total”, dijo Ale y agregó: “No hay nada que indique que sea área protegida, entonces hay caza, se tira basura y se producen incendios”.

En ese sentido, explicó que los guardaparques no cuentan con los elementos necesarios para combatir el fuego. “En varias ocasiones hemos arriesgado nuestra vida. Hemos hecho el pedido pero seguimos igual”, indicó.

La guardaparques también acusó al ferrocarril General Roca. “Desmalezan con maquinarias y tiran glifosato por las noches sobre la hierba verde”, dijo.

“Los vecinos e instituciones de la zona siempre quieren hacer algo, pero lo cierto es que no hay presupuesto”, sostuvo, y destacó que debajo del predio se encuentra la recarga del acuífero Puelche, uno de los reservorios de agua potable más grandes del mundo. “Se encuentra en peligro de contaminación por la basura y la tala”, concluyó Alba Ale.

Expropiado por Perón

El actual parque originalmente pertenecía a la familia Iraola. En la segunda mitad del silgo XIX, Leonardo Pereyra emprendió un viaje a Rusia y Europa, del cual trajo gran variedad de árboles exóticos (varios ejemplares todavía se conservan) ideas y adelantos tecnológicos para el desarrollo
del campo.

El 7 de enero de 1948, el entonces presidente Juan Domingo Perón, anunció su expropiación para convertirlo en parque provincial y para que pudiera ser disfrutado por la población.

El 24 de febrero de 1950 fue abierto al público bajo el nombre de Parque de los Derechos de la Ancianidad, y se calcula que cerca de 20 mil personas concurrieron a la inauguración.

Ese día también estuvo presente Perón junto a su esposa Eva Duarte.

El Parque se divide en tres partes:

La ex estancia San Juan, de 2 mil hectáreas;

La ex estancia Santa Rosa, de 2.200 hectáreas,

Y los bañados que suman unas 5.900 hectáreas.

Santa Rosa fue declarada reserva forestal por ley 7.273/67 en virtud de contar con una amplia variedad de especies arbóreas.

Varios de sus eucaliptos fueron traídos desde Australia por intermedio del ex presidente Domingo Faustino Sarmiento.