jueves, 19 de enero de 2012

 

INAUGURACION LEONA OPACADA

Una mezcla de felicidad con angustia. Una celebración con sabor agridulce. Una jugadora inaugurando un estadio de hockey sintético que lleva su nombre, pero a la vez desafectada del seleccionado por decisión del cuerpo técnico. Lagrimas que se mezclaban entre la satisfacción de haber alcanzado el sueño de construir esa cancha, y la tristeza de no poder estar al lado de sus compañeras jugando el partido inaugural. Esa sensación vivió anoche Soledad García, la deportista cordobesa más importante de los últimos 15 años.
“Chapa, bienvenido a la casa de la Sole”, decía un pasacalles colocado frente al hotel donde se hospedan las Leonas- que después apareció tirado en un volquete- y varias banderas en el estadio. Soledad ingresó al estadio, que la ovacionó al grito de “Olé Olé Olé Ole, Sole, Sole”, junto a Luciana Aymar y el Gobernador José Manuel de la Sota.

Los saludos y aplausos de la gente de pronto se fundieron con los silbidos y abucheos dirigidos al entrenador, Carlos Retegui, quien se quedó en un costado, tratando de no llamar la atención para no ser visto. Después llegó el momento más emotivo y a la vez angustiante de la noche. La cordobesa cortó la cinta roja y su nombre quedó inmortalizado en una plaqueta con la que se bautizó al estadio “Soledad García”.
La delantera abrazó a su amiga incondicional, Luciana Aymar y aseguró: “Hablé con el entrenador y me dijo que las listas son dinámicas y que las puertas no están cerradas. Sueño con estar en Londres; deberíamos tener una charla como adultos”.
García intentó controlar sus emociones al ver a sus compañeras de equipo abrazadas entonando el himno y miró el partido de Las Leonas ante Nueva Zelanda. Pero sólo aguantó hasta el 3-3 y se retiró del estadio. (Argentina terminó ganando 7-3).

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