La Plata, Ciudad Generosa

Se las ve, se las escucha y, sobre todo, se las padece. El que todos los días debe viajar hacia capital federal desde la Terminal de Omnibus bien sabe del "riesgo" que corre mientras aguarda pasaje en mano la llegada del colectivo.
Se trata de las palomas, ese animalito que de simpático pasó a ser considerado una verdadera plaga, transmisora de enfermedades y causal del deterioro de los edificios. Ni qué decir de los que las padecen en sus ropas a través de algún "regalito", justo cuando menos posibilidades de cambiar de vestuario hay.
Frente a este situación, y ante los incesantes reclamos de los pasajeros que a diario viajan desde la Terminal, un concejal elaboró un proyecto para tratar de neutralizar el accionar de las palomas, muchas de las cuales tienen sus nidos en los techos del edificio de 4 y 42.
De prosperar la iniciativa del edil Pedro Borgini, se colocaría una suerte de mallado metálico que impediría a estas aves a fijar sus nidos allí, bajando también la cantidad de ejemplares revoloteando y, con ello, las chances de resultar ensuciado.

Las palomas han pasado a ser una problemática en el campo, como así también en las ciudades, y no sólo en La Plata. En capital federal también son muchos los vecinos que se quejan porque no encuentran la manera de espantarlas

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