lunes, 2 de abril de 2012

 

malvinas ---solo una pequeña reflexion...

Y sí, eran los mismos que habían bombardeado la Plaza de Mayo en el ‘55, a las 12:40 hs. Allí se bautizaron, los masseras, los agosti, los menéndez, los galtieris. Viendo los 350 civiles compatriotas muertos bajo el fuego de sus bombas; así empezaron a odiar, pisoteando la voluntad popular del 68% de los argentinos. Siguieron odiando, fusilando en el ‘56 en descampados, a oscuras, en el silencio del miedo, proscribiendo a las mayorías, burlando leyes. Siempre desde el profundo odio que venían engendrando.
Después... condicionando al poder de sus fuegos a las democracias raquíticas... Y así los golpes, los palos, los exilios, la represión en la universidad, la represión en las fábricas, Córdoba, Rosario, ellos seguían odiando, odiando a lo joven, sus formas, su música, su cultura, sus pelos, odiando sus aspectos, sus ideas, sus revoluciones...
Desorganizando para, cínicamente, "reorganizar". Saqueando estados, repartiendo botines de guerra desarropados de vientres desaparecidos, ya lanzados en un genocidio sin escalas, deciden realizar una guerra, para ellos su "2da. guerra", subordinando e intentado conducir a lo mismo que odiaban, a los que pocos años antes debían "exterminar". Y, otra vez, la barbarie, la cobardía, la vergüenza, la deshonra al legado sanmartiniano. ¿Y cómo iba a terminar bien? Si se inventaron una guerra para quedarse. Claro que tenían sus escribas, "somos derechos y humanos", "estamos ganando", los empleados de siempre, los que hablaban a las 20 hs., los que comunicaban "comunicados". Pero eran los mismos, no podía salir bien, porque eran los mismos. Y si se denunciaba, se denunciaba desde lejos, con gritos de lejanía desde el interminable exilio y ya no había rodolfos walsh para advertirnos. Y otra vez una generación como víctima, y otra vez contar muertos, 400, 500, 600, después... muchos más...
Y así, volver en el silencio de la noche. En alguna cancha de fútbol. De los trenes a los cuarteles. Sin el pueblo. Amedrentados, quebrados. Bajo la amenaza del castigo.
Los mismos de siempre nos quisieron privar de nuestros héroes, como tantas veces, y pretendieron que hagamos el duelo en soledad y asi resistir desde la mirada cómplice que promete la futura acción, porque eso es lo lindo de las resistencias. Son verdaderos partos de héroes.
Por eso, después de 30 años de Malvinas, sólo evoco a esos héroes. A los que,seguramente habiten en nombres de calles cuando caminemos las islas algún día; nuestros soldados, los que salieron del pueblo, de los barrios, los que estaban en nuestra escuela, los que hoy andan por los cincuenta y recién se animan a contar lo vivido. Los que no jugaron a la guerra, los que te muestran fotos de mochilas pesadas que volverían a cargar...
Ellos, los nuestros, no son los mismos que aquellos.
Entonces, queda claro que "no fuimos todos" ni que "todos son lo mismo", aunque abunden estos títulos en best seller literarios.
Fueron esos, sí, fueron esos, los de siempre, los que nos quisieron convencer sobre tiranos, infiltrados, enemigos apátridas, demonios, los que odiaron desde el principio.
30 años de Malvinas, 30 años de la guerra, 30 años del último golpe a la dictadura, tal vez el golpe más caro y hasta involuntario pero no por eso certero y definitivo... ¡Cuánto daño han hecho estos tipos!
Por eso, lo pienso antes, antes del 2, porque desde ahora intentaré cada 2 de abril recordar solo a los nuestros, a los excombatientes, pensaré en Walter, sentiré el orgullo de tener un amigo héroe, que me recuerda en cada minuto que las Malvinas son argentinas y que la historia nunca es definitiva.
A los galtieri, agosti, menéndez y tantos otros civiles cómplices que los sepulte la historia o mueran en sus propias guerras contra el olvido.


 por : LOLO MICUCCI ( amigo de mi amigo Walter, un excombatiente en serio)

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