lunes, 23 de abril de 2012

 

Un garka suelto en la city

No todos lo conocen a fondo. Muchos todavía le creen que cuando dice “mi amigo” no miente, pero todos deben saber que “El Garca” no tiene amigos. Sólo tiene relaciones circunstanciales, de interés, para beneficiarse y obtener información, que seguramente tarde o temprano utilizará a su favor. Lo mismo sucede con sus relaciones sentimentales. “El Garca” toma de cada una lo que necesita. Calcula, suma, resta, divide y multiplica, si la cuenta da a favor sigue adelante y aprovecha. El problema es que “El Garca” ya va siendo historia y deja en el camino un tendal de heridos que en su momento confiaron en él, pero que con el tiempo descubrieron el lado oscuro de su personalidad. “El Garca” fue secretario general de la Municipalidad de La Plata. Allí en más de tres años de gestión muchos cayeron rendidos por su dialéctica a veces amistosa y cordial. Pero poco a poco, funcionarios y empleados fueron descubriendo la verdad. Era el perfecto intermediario entre la tarea de los demás y el mérito propio. Un excelente rocho del trabajo ajeno, especialista en intermediación parasitaria. Su motor espiritual lo constituyen una rara mezcla de envidia, resentimiento y “ganas de ser alguien”, de figurar. Esa extraña pero letal combinación más cierta dosis de inteligencia lo hacen una persona de temer. Si sos o fuiste amigo (conocido peor) de “El Garca” y a vos te va bien y a él más o menos o mal, no va dudar en mandarte al frente como si nada. Siempre que pueda, con la persona y en el lugar indicado hará saber información inconveniente y perjudicial. A veces real, a veces inventada o tergiversada pero siempre dañina y ponzoñosa. Él quedará como el tipo informado, inteligente y perspicaz que impresiona a su interlocutor, pero en el fondo, analizando un poco es “un verdadero buchón de cuarta”. Aunque muchos se han ido dando cuenta, “El Garca” despliega su cuota de animosidad y celos en lugares muy diversos. En las cercanías del municipio, en el Senado provincial, la Gobernación y algunos en Ministerios donde encuentra ingenuos escuchas momentáneos, “El Garca” desplegará el odio de no estar hoy bien posicionado. Caerán jefes políticos, ex compañeros, ex amigos, etcétera. Con la rama femenina el personaje se comporta igual o peor. Seductor histérico, baboso, ordinario, son algunos de los epítetos que damas y damiselas que lo conocieron repiten sobre su comportamiento. Argentinas y argentinos. Platenses en general, ¡cuidado! Mario Edgardo Rodríguez, “El Garca”, anda suelto en la ciudad de La Plata.

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