domingo, 20 de mayo de 2012

 

martin vestiga--diputedo miserable

Hay que cuidar los gastos. Eso es una obviedad. Pero, ciertamente, hay casos que sorprenden. El otro día me subí a un micro en la Terminal de Ómnibus de La Plata, un poco aburrido de las novelas del Servicio Penitenciario y en busca de nuevas noticias, y asistí a un fenómeno por demás llamativo.


Recorría el pasillo del colectivo de la empresa Costera Metropolitana, con la esperanza de encontrar un asiento del lado que no pega el sol en la autopista La Plata-Buenos Aires, cuando divisé sentado del lado de la ventanilla, y hablando por teléfono, al diputado nacional radical -oriundo de la capital bonaerense- que todavía ostenta la presidencia del Comité Provincia.
Pensé que me había equivocado. Sin detenerme, miré mejor. Era él. No dejó de llamarme la atención: ¡un diputado nacional yendo en micro a Capital Federal! Un tipo que maneja contratos, que tiene un poder relativo en un partido nacional; es más, un dirigente que ocupa una banca en el Congreso, viajando en colectivo, como lo hago yo, que soy un don nadie…
Ese hallazgo me amargó. Como todo buen radical preocupado por la rosca sin la menor aspiración de poder real, este diputado de bigotes no dejó de hablar por celular mientras el ómnibus se ponía en marcha. “Bueno –pensé con melancólica vanidad-, por lo menos no se toma el Plaza…”.

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