jueves, 14 de junio de 2012

 

chicles de nicotina

Mientras que los productos para dejar de fumar atraviesan un boom de ventas en nuestro país, un estudio realizado por la Universidad de Medicina de Harvard acaba de plantear serias dudas en torno a la eficacia de dos de los más populares: los chicles y los parches de nicotina.
La investigación, publicada recientemente por la revista Tabacco Control, mostró que el uso de terapias de sustitución nicotínica -ya se trate de chicles, parches o sprays- no incide en las chances de que una persona no vuelva a fumar al tiempo de haber dejado de hacerlo.
Así se observó al menos al analizar los casos de 787 adultos que dejaron de fumar entre 2003 y 2006, a quienes se les preguntó si habían utilizado alguna terapia de sustitución de nicotina, si se habían unido a algún grupo de apoyo y si habían recibido ayuda profesional.
El resultado fue que el 35% de esas personas había vuelto a fumar más allá de que hubieran utilizado terapias de sustitución o no. Al analizar las respuestas, los investigadores tampoco advirtieron diferencias significativas entre fumadores empedernidos y moderados, o entre quienes habían recurrido a ayuda profesional y quienes no.
“El estudio demuestra que usar terapias sustitutivas de la nicotina no es más efectivo que intentar dejar sin ninguna ayuda”, dijo Hillel Alpert, el director de la investigación, quien desató de esta forma una polémica acerca de si el sistema de salud de Estados Unidos debería seguir financiando la compra de chicles, parches y sprays.
Para el doctor Guillermo Espinosa, especialista en cesación tabáquica, los resultados del estudio “no sorprenden”. “Los que trabajamos en control de tabaquismo sabemos que no hay ningún remedio mágico”, afirma el médico, quien relativiza sin embargo los resultados de la investigación.
“Un estudio retrospectivo basado en lo que cuentan los pacientes no es en principio el mejor método para evaluar la eficacia de un fármaco. Sin la certeza de que el tratamiento fue administrado correctamente, uno no puede evaluar bien si ofrece beneficios o no”, explica Espinosa.
“Los chicles, como los parches de nicotina, son sólo una herramienta más -dice-. Uno de los problemas que tienen es que al ser de venta libre resulta común que se los utilice mal: a veces menos tiempo del necesario o en dosis menores a las que corresponderían: porque lo cierto es que lo indicado para una persona que está dejando de fumar no es lo mismo que para una que está en etapa de mantenimiento”.
“Hay que tener en cuenta además que las terapias de sustitución no son la única herramienta. Ahí es donde fallan. Si uno observa los resultados del mismo estudio puede ver que aquellas personas que utilizaron parches o chicles sin consejo médico ni otros recursos complementarios recayeron dos veces”, señala el médico.
Con o sin consejo médico, el consumo de productos para dejar de fumar ha venido creciendo en el país de manera notable. Según un informe de la Confederación Farmacéutica Argentina, sus ventas crecieron un 627% sólo entre 2005 y 2009.

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