La Plata, Ciudad Generosa

Mi trabajo no se toma descanso ni los fines de semana, por eso a nadie le sorprenderá que me hayan informado por estos días que, tras el pedido de detención del jefe de la Unidad 45 de Melchor Romero, Mario Vargas, y la detención en la semana entrante de un oficial y dos guardias de la 32 por una evasión, el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, aprovecharía para cumplir un sueño.
“¿Cuál es ese sueño?”, pregunté, más atento los partidos de Fútbol para Todos que a la información clasificada. Según me aseguró mi contacto, el ministro sciolista “ubicaría directores civiles en todas las cárceles y, de esta manera, pagaría los favores que debe”.
De acuerdo a lo que sostiene mi informante, Casal formaría un equipo leal de recaudadores que no respondan al Servicio Penitenciario sino directamente a él, como suele pasar en política.
Esta información –que si llegó a mi significa que se filtró- generó malestar entre los uniformados, que estarían organizando una medida de fuerza hartos del manoseo al que se ven sometidos y cansados de ser conducidos por “inoperantes como los de ahora” e “ignorantes como los que se avecinan”. Han dicho.