miércoles, 10 de octubre de 2012

 

tagliaferro y la hiena

La liberación de Osvaldo “Karateca” Martínez movió el tablero de un caso policial que conmovió a la opinión pública local y nacional. El cuádruple crimen ocurrido durante la noche del 27 de noviembre del año pasado en un PH del barrio de La Loma, volvió a las tapas de todos los diarios y los protagonistas coparon las pantallas de distintos canales televisivos. Este giro en la causa, movilizó a todas las partes implicadas. El remisero Marcelo Tagliaferro volvió a la televisión de la mano de Mauro Viale quien le dio prensa en su programa, conocido como político, que se emite de lunes a viernes por la pantalla de A24. Allí el presunto testigo estrella se mostró sin inconvenientes y hasta tuvo cruces verbales con el abogado de Osvaldo Martínez, Marcelo Mazzeo. Tagliaferro defiende a regañadientes su postura e insiste en asegurar que durante la noche en la que se produjeron los asesinatos de las cuatro mujeres, pudo avistar al novio de Bárbara Santos cuando éste le dijo que se vaya del lugar. Según el remisero, Osvaldo Martínez le dijo que Marisol Pereyra tomaría otro auto al salir de la residencia ubicada en 28 entre 41 y 42. Pero en las últimas horas se conocieron versiones que ratifican la existencia de un vínculo entre el mismo Tagliaferro y Javier Edgardo Quiroga, otro de los implicados en el caso y cuyo ADN se corresponde con múltiples objetos hallados en la escena del crimen. Esto es lo que la noche pesada de La Plata comenta: “Javier Quiroga es un simple ladrón de estéreos, ruedas y todo lo que se encuentre adentro de los domicilios y en los baúles de los autos. Esa mercancía robada la reduce para repuestos y negocia con los remiseros ya que es un ladrón de poca monta. Es ahí donde conoce a Marcelo Tagliaferro”. Al parecer, “La Hiena” Quiroga operaba en los alrededores de los estacionamientos de autos del Bingo de La Plata ubicado en diagonal 80 y 116. “Las changas que decía que hacía en las casas, las usaba para hacer ‘escruches’ y también reducía todo lo que robaba de las casas con los remiseros de la noche”. “Es sabido que la mujer de Quiroga se separa de él porque este la golpeaba y se drogaba todos los días, siendo una persona que transmitía malas influencias a sus hijos. Además, según trascendidos, el malestar de su ex esposa también era evidente cuando supo que llevaba a la casa cosas robadas”. Fuentes consultadas aseguraron que Marcelo Tagliaferro era chofer de varias prostitutas de la noche de La Plata, que se manejan en lugares como bingos, boliches zonales y bares swingers. Eran los mismos ambientes donde concurría asiduamente Susana de Barttole la mamá de Bárbara Santos. Días antes de que se sucedan los cuatro asesinatos en el barrio La Loma, a Tagliaferro le llega el dato de un dinero ganado en el bingo por sesenta y cinco mil pesos. Esta información circuló dos días antes del cuádruple crimen. Según fuentes confiables, el dato se lo da una de las promotoras que trabaja en el bingo que también van a levantar "viejos con guita" ya que trabajan como "salideras" apuntando a la gente que gana cierta cantidad de dinero. A sabiendas de esto, Tagliaferro se contacta con Javier Quiroga porque sabía que este conocía bien el lugar en el que podría estar alojado ese dinero. Lo curioso es que este extraoficial trascendido se puede ensamblar perfectamente a la causa, ya que horas antes de que se lleven adelante los asesinatos, Susana de Barttole le manifestó a una de sus mejores amigas que había recibido una buena suma de dinero y que tendría en sus manos “la salvación” en formato papel. En esa misma línea, y revisando las imágenes de la escena del crimen, puede notarse que la casa de Susana, se encontraba revuelta evidenciando que el asesino estaba buscando algo. Por último, y en vistas de las versiones a que remarcan la existencia de una sociedad clandestina entre Tagliaferro y Quiroga, es necesario recordar que la última de las pisadas con sangre que se hallaron en la escena del crimen, conduce hacia un auto ubicado junto al cordón del complejo de departamentos. Es en ese mismo lugar en donde las huellas desaparecen. Además allí es en donde el mismo Marcelo Tagliaferro dijo haber estacionado la noche en la cual se produjeron los asesinatos y trasladó a Marisol Pereyra hacia la casa de Susana de Barttole.

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