lunes, 15 de abril de 2013

 

estrategia ahogada del garka

El intendente platense Pablo Bruera tenía guardada una carta secreta que pensaba hacer pública después de semana santa. Era una estrategia que, según pensaban desde calle 12, iba a ser sumamente efectiva de cara al futuro inmediato, sobre todo teniendo en cuenta las Elecciones Legislativas de octubre: la Policía Municipal.Es que la tragedia de la inundación que castigó a la ciudad de las diagonales el pasado 2 de abril modificó absolutamente todos los planes de una gestión que pasó de no sufrir casi sobresaltos en el día a día a hoy estar atravesando un momento crítico, en el centro de la escena de todos los ataques que apuntan con nombre y apellido al jefe comunal y que lo obligaron a dar un giro de 180 grados. Así, una de las maniobras que Bruera tenía preparadas para dar a conocer de manera inminente era la Policía Municipal. Y de forma tangible y concreta, ya estaba todo listo para que salieran a la luz los autos que harían las veces de patrulleros comunales, descansando durante el largo feriado en la República de los Niños de la localidad de Gonnet. Se trata de una flota de veinte Chevrolet Corsa 0 km, prolijamente pintados de verde y uno de ellos luciendo la estética de la gestión local, con un ploteo color verde, naranja y blanco, los cuadrados con la inscripción “La Plata” y “patrulla de seguridad municipal” sobre el capot y a los costados. Todos los móviles descansando en la República de los Niños Así, el intendente que vacacionaba en Brasil al momento de la mayor catástrofe climática que sufrió la ciudad de La Plata en toda su historia, tenía en mente jugar la carta ganadora de cara a octubre, respondiendo a una de las principales demandas de los ciudadanos, que tiene que ver con la cuestión de la seguridad. La recorrida de estos móviles por el Casco Urbano y la periferia tendría, para el bruerismo, un acertado golpe de efecto en la gente que pensaban plasmar en las urnas dentro de cuatro meses. Sin ley que lo avale, en pasillos municipales el oficialismo aseguraba tener un convenio firmado con el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense de Ricardo Casal, el cual implicaba que el municipio platense ponía los vehículos equipados y con las inscripciones necesarias para su identificación, junto con un chofer, que iría acompañado por un efectivo dela Policía bonaerense para poder tener la autoridad necesaria y actuar en caso de delitos. Desde la vereda de enfrente, los concejales de la oposición niegan ese acuerdo y aseguran nunca haber sido notificados, por lo cual se generan muchas dudas sobre la capacitación que tendrían los choferes puestos por Bruera. “¿Un empleado municipal iba a estar a la altura como para exponerse a este nivel de riesgo?”, se preguntan. Además, una de las principales críticas que expresan por lo bajo allegados al Municipio es que el intendente “se preocupó por gastar en esto y no invertir en obras más fundamentales para la ciudad”, haciendo referencia a las lluvias de la semana pasada. Estos vehículos no están blindados ni tampoco cuentan con una motorización especial, según aseguran quienes los vieron. “No podrían servir nunca como un patrullero; sí como remis”, critican. Hoy se pueden ver estos autos dando vueltas por la ciudad, conducidos por personas con pecheras fluorescentes, sin que quede claro cuál es la función. Según pudo saber Letra P, se organizó una convocatoria en el Salón Dorado de la Municipalidad con el objetivo de seleccionar personal: hombres y mujeres de entre 35 y 45 años con secundario completo y sin mayores requisitos, ni siquiera algún tipo de entrenamiento. Bruera, en el año 2008 recorrió algunas de las zonas más castigadas por una feroz tormenta que castigó a los vecinos por aquellos días, y cara a cara les dijo que “todo este desastre es consecuencia de años y años de desidia por parte de un municipio que debió haber ejecutado obras hidráulicas con seriedad y no para cumplir con necesidades electorales”, según publicó en su momento El Día. Así las cosas, las veinte unidades 0 km, que se sospecha costaron “alrededor de 1 millón de pesos y se llevaron a cabo sin licitación” hoy no tienen un destino ni función concreta, ya que tal vez esto pasó a ser el ejemplo más gráfico de que a Pablo Bruera se le quemaron todos los papeles y que a raíz de la inundación, absolutamente todo cambió.

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