miércoles, 22 de mayo de 2013

 

el paredon no tapa la basura

os vecinos de Villa Argüello están indignados por la presencia de este sitio a escasos metros de sus casas y juntaron firmas para pedir una respuesta al municipio. La empleada de la “Panadería Agustín”, María Drago, sostuvo: “Las ratas se reproducen masivamente y la única solución que hoy se nos presenta es tener gatos como mascotas para combatir esta plaga. Ya no sabemos que hacer”. La norma indica que es considerado peligroso todo residuo que pueda causar daño, directa o indirectamente a seres vivos. El Secretario de Gobierno de Berisso, Guillermo Di Giacomo, admitió: “hay inconvenientes de todos los colores con la empresa, por el polvo, las ratas, el dengue, el ruido y todo lo que genera en la región”. El terreno es alquilado por una compañía privada porteña que desembarcó hace varios años en la zona abriendo una sucursal en la mencionada manzana. Se encarga de comprar chatarra y compactarla, pero esta actividad no es habitual porque la montaña que se genera es cada día más imponente, superando los muros construidos para ocultarla. Antonio Fernández, Jefe departamental del área de Obras Públicas de la Delegación Nº 1, afirmó que los metales se acumulan debido a que la empresa los comercializa cuando el mercado está óptimo para hacerlo. “Es un verdadero problema, la prensadora llegó al barrio cuando no había muchas casas; con el tiempo la urbanización creció y hoy la chatarra quedó en el medio de los vecinos” manifestó Fernández. El veterinario Rodolfo Cerdá admitió  que las chatarrerías representan un motor para la reproducción de plagas y para la proliferación de enfermedades. “Las bacterias sobreviven un largo tiempo en el agua; entre los hierros, chapa y todo lo que haya allí se acumula agua de lluvia. Este hábitat es ideal para la reproducción de ratas, lauchas, y también insectos, sobre todo en verano” sustentó el profesional. Nancy Laguna, médica generalista, asintió que los vecinos están expuestos a convivir con estos vectores, que son organismos vivos que transfieren un agente infeccioso de un hospedador a otro, siendo los responsables de una gran parte de las patologías humanas como la Leptospirosis, el hantavirus, el dengue, el Aedes Aegypti y encefalitis de San Luis, entre otras. Los habitantes reconocieron que todavía no hubo respuestas. Di Giacomo, desde el municipio, asintió que la idea de su equipo es erradicar la empresa de ese lugar, pero no pueden hacer nada al respecto. “Está habilitada pero no estoy seguro que tenga certificado de ambiente. Son cosas que le pertenecen a la gestión anterior” denunció el secretario.
Polvillo molesto 

La presencia de polvo de óxido de hierro en suspensión que genera el depósito de chatarra al aire libre en el medio de un barrio provoca malestar en los habitantes que deben lidiar con estas partículas en el interior de sus casas, en las piletas, en autos y en todo lo que esté a su alcance. Julia Lazarte, vecina del barrio, aseguró: “Nosotros tenemos pileta y cuando hay mucho viento tenemos que cambiar el agua cada un día y medio porque se llena de óxido”. Los vecinos admiten que el polvo de oxido cuando hay viento se expande por toda la región debido a que la montaña de chatarra supera las paredes que delimitan el predio. La doctora Alicia Ronco, Investigadora del Conicet, declaró que el óxido del hierro puede llegar a producir dificultades respiratorias si el polvo es excesivo y en partículas pequeñas. Fernández declaró que desconoce porqué la empresa no techó el lugar o por lo menos no riega los desechos para que no vuele el polvillo. El encargado de las obras públicas del municipio admitió que el delegado de la zona había ido al lugar para solucionar el conflicto, pero no pudo tomar ninguna medida porque como consecuencia quedarían muchas familias sin un lugar donde vender chatarra. Horacio Beláustegui, presidente de la Fundación Biósfera, sostuvo que se debe expulsar a la empresa del lugar o derivarla a un terreno alejado de la franja urbana. “La Municipalidad debería encargarse de transportar la chatarra que se junta hacia una prensadora que no ambicione a seguir ganando dinero en el medio de un lugar densamente habitado” explicó el especialista. 
Desvalorización de los terrenos
La presencia de esta montaña de chatarra genera una gran disminución del costo de las casas. Analía Faraudello, empleada de la inmobiliaria Hervas, certificó que es complicado alquilar o vender propiedades aledañas a chatarrerías como ésta. “Genera una desvalorización de los terrenos, teniendo nosotros que comercializarlos a un precio muy inferior que otros lugares” sostuvo. Otro habitante de la zona, Daniel Gaetaldi, aseguró: “Cuando realizan su trabajo nos producen temblores en nuestros hogares, porque la compactadora emite vibraciones y al no tener bien construido el sitio, esas vibraciones van por la tierra a los sectores aledaños”. Fernández admitió que las casas pierden valor debido a las complicaciones que genera la Prensadora Quilmes, pero actualmente no tienen una solución al conflicto.

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