La Plata, Ciudad Generosa

La ciudad de La Plata ya no va a ser la misma luego de la trágica inundación del 2 de abril. Cada vez que el cielo se pone gris, un fantasma sobrevuela la cabeza de los platenses: aparecen las imágenes de las calles convertidas en ríos, los gritos de desesperación de la gente y el recuerdo de los que ya no están. Cuando el agua bajó, la postal era aún más tétrica. No hay mejor comparación que la de una ciudad bombardeada. Las calles estaban desiertas y los autos desparramados y volcados en las veredas. Una señora en camisón y chancletas, caminaba llorando y exclamaba: “No me puedo comunicar con mi hija, alguien que me ayude”, mientras se sentía el murmullo de un grupo de personas que rodeaba a un cuerpo que apareció debajo de un vehículo. A pesar que ya pasó más de un mes del trágico temporal, todavía hay secuelas de los casi 400 milímetros de agua que cayeron en dos horas: autos abandonados en muchos puntos de la ciudad de diagonales. En el Barrio Norte y La Loma es muy común ver vehículos modernos en la calle, con tierra y suciedad de semanas. El abandono también se refleja en las hojas se acumularon debajo. Los vidrios están empañados, y el interior de los coches desparramados. En algunos casos, quedaron estacionados en contra mano. Como ya informó NOVA, la compra y venta de autos inundados continúa con creces. La reparación de algunos de los vehículos afectados por el temporal es muy costosa, por lo que muchos conductores decidieron venderlos en la condición en que se encuentran o permutarlos por otros de menor valor. También están quienes se encontraron desamparados por las letras chicas de las aseguradoras, y decidieron dejarlos abandonados. Las secuelas del trágico temporal del 2 de abril todavía se visualizan en la cotidianeidad de los platenses, y van a persistir para siempre.

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