lunes, 6 de mayo de 2013

 

linda estafa don Jofre

La publicidad gráfica del emprendimiento prometía alta rentabilidad y credibilidad. La imagen de Raúl Jofré y su familia, empresarios prestigiosos de Mendoza por su crecimiento en la industria vitivinícola, le otorgó una importante seriedad al proyecto financiero. “Raúl era como un amigo, lo conocía hace años de la distribución de vinos. Con mi vieja teníamos más de 340 mil dólares y teníamos que invertirlos, por lo que confiamos en su persona”, expresó Alex Atakán. El negocio consistía en operaciones financieras sin supuesto riesgo alguno, centradas en la compra y venta de divisas en el mercado internacional. Al poco tiempo, Atakán retiró 9 mil dólares y corroboró la existencia de liquidez. De esta manera, recomendó a algunos amigos para que inviertan. Martín Ortíz, cautivado por la seguridad del negocio, invirtió 20 mil dólares. Los hermanos Javier y Mariano Nascone se reunieron con Jofré, quien les garantizó la rentabilidad con documentos, por lo que también se sumaron al negocio con una transferencia de 20 mil dólares. Nadia Caracciolo también se sintió atraída por la propuesta, Jofré le reconoció que mantenía su bodega, “RJ Viñedos”, con inversiones de este tipo. Él la invitó a una reunión donde la terminó de convencer: ella hizo una transferencia de 12 mil dólares. Para llevar a cabo el negocio, Jofré junto a su pareja Claudia Castro y su hija Jimena Jofré crearon la empresa “BAC”, que trabajaba junto a otra llamada “EVES”, presidida por Manuel Roel. Representaban la filial de una financiera internacional llamada “Monex Market”. “BAC” nunca estuvo autorizada por el Banco Central a operar y “Monex Market” jamás tuvo sede en Argentina. Todo el circo montado fue clandestino, en infracción a las leyes nacionales e internacionales. Ha demostrado a través de ostentosa folletería, estados de cuenta y carpetas institucionales de firmas de dudosa existencia y nulo contralor por las autoridades financieras locales y foráneas para captar inversiones. Cuando las víctimas quisieron rescatar su dinero, los imputados comenzaron con evasivas: no atendían los llamados telefónicos ni respondían los mensajes. Buscaban dilatar lo más posible la cuestión, debido a que uno de los lugares donde ubicaron el dinero, “Monex Market Colombia”, había sido intervenido por las autoridades, quienes ordenaron la disolución de su patrimonio y de sus vinculadas. La solvencia que intentaban demostrar, no existía. Utilizaban un andamiaje societario sólido para lograr la confianza de diversas personas hasta convencerlas de concretar inversiones, no logrando luego recuperar su dinero. Paradójicamente, el informe del Banco Central confirmó que en ese período, Raúl Jofré tenía en su poder una gran cantidad de dólares que no coincidían con los que supuestamente había adquirido. Similares irregularidades se advirtieron en los movimientos de la cuenta de “RJ Viñedos”. A pesar que se barajaron dos hipótesis delictivas concretas, la estafa y la defraudación por administración fraudulenta, la querella postuló la primera. El Tribunal resolvió disponer el procesamiento, sin prisión preventiva, de Raúl Jofré, Claudia Castro y Manuel Roel, los primeros dos como coautores y el tercero como partícipe necesario. De esta manera, se prosiguió a embargar sus bienes y/o dinero hasta cubrir la suma de 2 millones 600 mil pesos. La ambición del empresario vitivinícola no tuvo límites: a pesar de tener millones, no titubeó en estafar a personas para aumentar su caudal.

Según confiaron voceros judiciales, en este mes de mayo se procederá al inicio del juicio oral que determinará las responsabilidades penales de los imputados en esta causa.  
Jofré e Hijas, un emporio en Mendoza En el transcurso de 1998, Raúl Vicente Jofré inició sus inversiones en una de las más fueres pasiones de su vida; producir vinos de alta calidad y premium, pero dotándolos de una personalidad distinguida y extraordinaria. Fue fruto de intensas recorridas por la provincia de Mendoza, meca del vino argentino. Allí quedó cautivado por las tierras del Valle de Uco, sitio de privilegio para la producción del Malbec, uva emblema de Argentina, y donde también se desarrolla bien el varietal Merlot. Precisamente en esa zona vitivinícola se encuentran sus viñedos, con una extensión superior a las 60 hectáreas. Jofré involucró en sus negocios a su familia, garantizándose de este modo una eventual continuidad del emporio que supo crear. Prueba de ello es el bautismo de una de sus etiquetas más emblemáticas, "Pasión 4" -tiene cuatro hijas-, un vino de reconocida inserción en el mercado nacional. Aunque ingresó relativamente en forma tardía al mercado enológico en comparación con los iniciáticos emprendedores, Jofré es un exponente típico del empresariado que, sobre todo en la década del ‘90, protagonizó en suelo argentino un proceso de inversión de capitales orientados a moldear una industria que, precisamente en ese decenio, dio un vuelco sustancial de su perfil productivo, apostando a la calidad de los productos en detrimento de la cantidad, lo que se vio reflejado en el consumo per cápita y la incorporación de nuevas camadas de consumidores, como el de las mujeres y jóvenes.

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