jueves, 9 de mayo de 2013

 

tristeros de juicio

En Gimnasia se suman los dolores de cabeza judiciales. En este caso el el Tribunal de Trabajo número 4 de La Plata, a cargo de los doctores Guillermo Jorge Tórtora, Adela Eduarda Di Stefano y Rodolfo Francisco Martiarena, dictó una sentencia contra el club en el juicio que Pablo Fernández inició por indemnización de daños y perjuicios por incumplimiento contractual, e intimó a Gimnasia a pagarle al Moncho, con costas e intereses, la suma de 1,7 millones de pesos transcurridos 10 días hábiles de notificadas las partes. Walter Gisande, el principal responsable de esta situación y acusado también por el extécnico tripero, fue absuelto. Si la dirigencia que comanda Daniel Onofri, que aún no fue notificada (lo será en los próximos días) no puede pagar el monto ni apelar la sanción, recibirá un embargo sobre bienes patrimoniales del club que pueden ser desde los edificios, tales como la Sede, hasta los derechos económicos de los jugadores, lo que significaría una merma en los ingresos por ventas que tienen planificados los dirigentes. Esta ejecución judicial es en el corto plazo. En caso de apelar la sanción con el objetivo de llevar la discusión a la Suprema Corte de la provincia (única instancia que le queda en los fueros laborales), el club debería efectivizar como mínimo el pago del monto que detalla el fallo sin los intereses (más de 1,1 millones de pesos), o presentar documentos de caución que garanticen un posible futuro pago en ese sentido. Dinero en efectivo o documentación que avale la tenencia de éste, en síntesis, para poder apelar. La dirigencia, que aún no recibió la notificación ni el fallo, contó a Diagonales.com que apenas acaecido el mismo lo analizarán y en reunión, decidirán si apelan la sanción o le hacen frente a la requisitoria del Moncho. Otra salida es llegar a un acuerdo extrajudicial que, a esta altura y según el entorno del exDT, sólo se podría arreglar con un acuerdo por el dinero que dictaminó la Justicia ya que no hubieron otros ofrecimientos de la anterior CD, de ésta ni del propio Gisande, quien había dicho que se haría cargo del costo económico que resultara luego de la cesión del mandato del DT. En el detalle del fallo se puede ver que la ruptura contractual del Moncho tiene un valor efectivo de $507 mil (equivalente al año de contrato que había firmado), mientras que los intereses por la demora en la resolución de la causa rozan los $590 mil. El resto del dinero es por costas judiciales y honorarios de los abogados y contadores que trabajaron en el caso. Respecto a la responsabilidad de Gisande, quien como presidente de Gimnasia contrató y decidió echar al DT a los pocos días, el juzgado argumentó que no es culpable porque “no existe norma que contemple la responsabilidad solidaria de los integrantes del órgano directivo de las asociaciones civiles frente a terceros, y no corresponde aplicar por analogía las disposiciones de la ley de sociedades”. El caso. Pablo Fernández fue contratado el 4 de diciembre de 2009 por la dirigencia que encabezaba Gisande. Apenas 12 días después, según consta en la causa, se apersonaron en su casa dirigentes de ese momento y le pidieron la renuncia, algo que el DT no aceptó. El 31 del mismo mes al Moncho le llegó la notificación de despido sin causa y le avisaron también que le pagarían la indemnización, algo que cumplieron con un monto total de 180 mil pesos. Pasado el tiempo el Moncho inició las acciones legales contra Gimnasia y contra Walter Gisande como co-demandado, siendo la Justicia la que determinó la absolución de Gisande, que en su momento prometió que el caso no le reportaría deuda alguna al club ya que él respondería con su capital a la demanda, cosa que hasta el día de hoy no sucedió.

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