La Plata, Ciudad Generosa

A menos de un año para el Mundial, Brasil dejó en claro en la final de la Copa Confederaciones que nadie podrá quitarle de cara a 2014 ese favoritismo que está sustentado en la localía y en su rica historia. Ni el España campeón de todo, dueño de un estilo que hace años muchos tratan de copiar sin resultados similares, pudo apartarlo de su fiesta en el Maracaná. Fue un 3-0 inapelable.
Ya al minuto, el elenco de Luiz Felipe Scolari mostró sus credenciales bajo el terrible rugido de sus hinchas: Fred se cayó tras un centro, pero la empujó desde el piso frente a un Iker Casillas que no llegó a reaccionar. El dueño de casa salió a comerse al rival a pura presión y nunca se alejó de ella pese a que la visita intentó adueñarse de la pelota recién a partir de los 15. Pero las situaciones de riesgo fueron en su mayoría para la Verdeamarela, que se retrasó y buscó los espacios de contra. Oscar lo perdió con un remate que le sacó lustre a un palo y Paulinho puso en aprietos a Casillas con una vaselina que finalmente terminó en sus manos. Además, el uno de los ibéricos le ganó a Fred en un claro mano a mano, tras un lindo pase de Neymar. Después de muchos toques laterales y de esquivar las infracciones tácticas de un rival al que no se le caen los anillos a la hora de cortar, España generó sólo una chance clara para llegar a un empate que hubiese sido injusto: a los 40, Pedro definió con calidad contra un poste y David Luiz la sacó increíblemente por arriba del travesaño en un cruce sensacional. Se iba la segunda parte y Neymar casi no había participado del juego. Sin embargo, a los 43 puso el 2-0 con un potente zurdazo que se clavó arriba. La fiesta era completa. ¿O no? Le faltaba un gol y algo más de emoción. A los dos minutos del complemento, Fred se perfiló desde el borde del área y la clavó en el segundo palo con mucha categoría para el 3-0. No fue la noche del elenco de Vicente del Bosque. Además de generar poco y nada en ofensiva, de mostrar serias dificultades defensivas y de perder con claridad, a los nueve contó con un penal a favor, cortesía de Marcelo. Pero Sergio Ramos, quien tomó la responsabilidad con Xavi e Iniesta en cancha, la tiró afuera. Y a los 22, Piqué vio la roja por una fuerte patada a Neymar.

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