lunes, 16 de septiembre de 2013

 

mapa de terrorismo de estado

Un equipo de investigadores de la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) sale al rescate histórico de las marcas que dejó la última dictadura militar en la ciudad de La Plata. El trabajo “Indelebles. Las marcas de la dictadura en la ciudad”, tiene por objetivo elaborar una cartografía de los sitios de memoria del terrorismo de Estado en la región, a partir de la identificación, registro y análisis de los distintos lugares. Además, prevé la posterior intervención en cada espacio con la finalidad de que sean reconocidos como “sitios de la memoria”.
La iniciativa se enmarca en un proyecto del Instituto de Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad (HITEPAC), perteneciente a la unidad académica. El proyecto dirigido por Fernando Gandolfi plantea “el reconocimiento de las huellas que el accionar de la represión ilegal produjo en la estructura material de la ciudad, el análisis de las intervenciones y las estrategias para hacerlas visibles a fin de resignificarlas como marcas de la memoria del terrorismo de Estado”, explicó el investigador. El trabajo es de gran interés para las políticas de conservación actuales: qué conservar, por qué conservar y cómo conservar. “El desafío tiene múltiples dimensiones, ya que involucra no sólo a la arquitectura y a la ciudad, sino a uno de los conflictos centrales de nuestra época: las formas de tramitar el pasado”, remarcó Gandolfi. La investigación se encuentra en marcha, está avanzado el relevamiento, y se llevaron a cabo restauraciones. Entre ellas la intervención -con fines de conservación restauración y resignificación- del Sitio de Memoria "Casa Mariani-Teruggi" (Monumento Histórico Nacional), que está ubicada en calle 30, entre 55 y 56 y puede visitarse los sábados de 11 a 17. Otro caso emblemático fue el descubrimiento de un casi irreconocible Falcon verde, convertido en chatarra y abandonado en la principal sede del comedor estudiantil, auto oficial del rector de la UNLP durante la dictadura, el coronel Guillermo Gallo. “Las marcas se relevan en las paredes de la ciudad, placas, garitas, edificios abandonados, en las publicaciones, casas, edificios públicos, y en la memoria de la gente. Por otra parte, nos interesan las expresiones artísticas que testimonian esas marcas como algunas obras de Vivian Pichtownikow, o de los fotógrafos Helen Zout y Andrés Borzi, principalmente”,contó Gandolfi. Hasta el golpe de Estado de 1976, el universo de significación de las obras de carácter patrimonial estaba básicamente asociado a los valores arquitectónicos y urbanos que detentaban (los palacios fundacionales, por ejemplo), a la trascendencia de antiguos propietarios (la “Casa de Almafuerte”) o a las actividades sociales y culturales que albergaron (Teatro Princesa) o un paisaje cotidiano de la ciudad de antaño (barrio “Meridiano V”). “Pero la irrupción de la última dictadura transformó en forma abrupta las condiciones de vida de la sociedad resignificando en forma macabra obras y sitios”, señaló el director del proyecto. El caso de La Plata es particularmente significativo por la intensidad de la represión ilegal, la cantidad de acciones desarrolladas y el consecuente número de muertos y desaparecidos. "A partir del relevamiento se prevé la construcción de una base de datos enlazada a planos síntesis de las marcas realizadas con insertos fotográficos y cuadros, mapeo de marcas y sitios de memoria", explicaron sus promotores, quienes también destacaron que participan los autores de "Baldosas blancas de la Memoria", Pablo Úngaro y Florencia Thompson.

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