martes, 3 de septiembre de 2013

 

no llegamos a punta lara

Es cierto que Punta Lara creció en los últimos años: hay una mayor limpieza de la zona ribereña, se construyó un parador costero y pavimentaron varias calles, entre otras obras. Pero llegar a aquella hermosa localidad se transforma en una odisea para turistas y sus propios habitantes, los tres caminos habilitados se encuentran en pésimo estado. La situación más grave la atraviesa el Camino Negro, que une Villa Elisa con Punta Lara. Esta vía es un perfecto atajo para quienes vienen de Buenos Aires, pero son pocos los que se animan a manejar por el lugar: enormes pozos, acumulación de basura y escasa iluminación y señalización; un auténtico y triste safari.
Si de día es complicado, de noche es imposible manejar por el camino. Jaqueline Castellano, que debe viajar a Buenos Aires por razones laborales, sostuvo en diálogo con NOVA: “Para mí sería ideal bajar de la Autopista por esa vía, me ahorro mucho tiempo y tránsito, pero no me animo ni por plata”. Las playas a río abierto y la selva marginal y autóctona que se desarrolla en la región, convierten a Punta Lara en un sitio natural que contrasta con la vida acelerada de la ciudad. Esa tranquilidad y la conexión con la naturaleza no pueden ser explotadas turísticamente por completo debido a lo complicado que se hace llegar por vía terrestre. La segunda posibilidad para llegar a la costa es por el Diagonal 74, pero el mismo presenta tramos en pésimo estado, principalmente en la zona cercana a La Plata. Los pozos y las grietas representan un peligro para los vehículos, hay que transitar a escasa velocidad y esquivando los obstáculos del pavimento. La luminaria está destrozada, los focos están rotos o directamente no hay. Manuel Garay, un estudiante universitario que vino del sur a estudiar a La Plata, visita seguido el río para practicar kitesurf y le reconoció a este portal que si uno no es habitué de la zona, es complicado llegar sin evitar los cráteres en los caminos. Los ejemplos de ambos caminos dejan en evidencia la falta de regionalización, un caballito de batalla durante las elecciones que no termina siendo aplicado en la práctica de la octava y tercera sección de la Provincia. Los municipios no se ponen de acuerdo, se pasan la pelota y los que sufren esta falta de acción son los vecinos. La tercera opción para llegar a Punta Lara es por la ciudad de Ensenada, se debe tomar la Avenida Bossinga hacia el río, pero esa arteria está obstruida hace meses por trabajos atrasados de repavimentación. Hay que dar varias vueltas por calles angostas, de una sola mano, que nadie sabe a qué dirección van por la poca señalización, donde terminan transitando desde micros hasta bicicletas. Punta Lara, el sitio que tienen a pocos minutos los platenses para desconectarse de la maraña urbana y descansar, no deja de sorprender con sus paisajes naturales, amaneceres y atardeceres. También es cierto que creció en los últimos años, pero los caminos que conducen a la localidad balnearia sufrieron el abandono de la conducción política. Los vecinos puntalarenses son cada vez más, los deportes náuticos están de moda y con la llegada del inminente calor se preparan los turistas: es hora que se tomen cartas en el asunto a tiempo.

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