martes, 24 de septiembre de 2013

 

precios en alza continua

La escalada inflacionaria no conoce de límites y las torpes maniobras del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para apaciguar los bruscos aumentos en las góndolas no sirvieron de nada (ver aparte). El resultado está a la vista: hay productos que, en apenas seis meses, subieron más del 30% y otros que, en las verdulerías locales, se consiguen a cuarenta pesos. De acuerdo a un relevamiento que hizo Hoy en los almacenes y supermercados de la región, hay varios alimentos que pertenecen a la canasta básica que registraron subas exponenciales. En el caso del litro de leche, que en el mes de abril se conseguía a $ 8,50, el incremento fue del 15% (hoy cuesta cerca de los 10 pesos). Otros aumentos llamativos fueron los de la yerba -en el mismo período pasó de los 18 a los 29 pesos, encareciéndose un 37%-; el de la harina por kilo -de $ 4,50 a $ 7, ascendiendo un 35%- y el arroz fino por kilo -de $ 8 pasó a los $ 12, experimentando un alza del 33%-. Con estos alarmantes números al descubierto, quedó en evidencia que los tibios intentos del Gobierno a la hora de atacar la inflación que azota al país terminaron siendo una auténtica bomba de humo de ribetes tragicómicos. El tan mentado congelamiento de precios no tuvo el efecto deseado por la Casa Rosada y los precios en cada comercio así lo confirman, con subas que superan incluso el porcentaje real de inflación del 30%.
  Ni siquiera para vegetarianos
Pero además de los elevados costos que deben afrontar los consumidores en los supermercados y almacenes al momento de realizar las compras de cada mes, en las verdulerías el clima es igual o incluso peor. “Hoy, lo más caro es la calabaza, las berenjenas y el morrón, que está a cuarenta pesos el kilo”, explicaron a nuestro diario en una verdulería del centro de la ciudad, donde el kilo de tomate -otro de los productos que estuvo en la mira por sus continuos aumentos- oscilaba entre los 16 y los 18 pesos, según la calidad. Basta con analizar en detalle una compra normal para dos personas para certificar esta realidad: hoy, dos plantas de rúcula, seis naranjas, seis huevos, un kilo de tomate, dos paltas, dos zanahorias y dos morrones cuestan alrededor de $80, valores que asomaban como impensados hace apenas un par de años y que no hacen más que castigar a las malogradas economías de las familias argentinas.
  Un cambio de hábito
 La inflación que reina en la actualidad en los comercios llevó a que los consumidores modificaran la manera de comprar y abastecer sus heladeras. “La gente dice ‘compro ahora este producto porque después lo encuentro más caro’. Están haciendo acopio de mercadería: muchas personas compran grandes cantidades de productos que saben que no es perecedero -como el arroz o las gaseosas- porque saben que lo van a encontrar a un precio que, probablemente en uno o dos meses, no lo van a volver a encontrar”, dijo a Hoy la integrante del Centro de Educación al Consumidor (CEC), Carolina Suárez.
  El plan de Moreno se descongeló hace tiempo
Sin lugar a dudas, todas las miradas de lo que está ocurriendo con la escalada inflacionaria apuntan al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno y su controvertido congelamiento de precios que fuera anunciado con bombos y platillos meses atrás. Así lo reflejó la representante del CEC, Carolina Suárez: “algunos aumentos de precios son respuesta del mal resultado que tuvo el congelamiento de precios, porque se centraron en una determinada cantidad de productos y después vimos que no cubrían las canastas de todos los hogares. Esto terminó incrementando los otros productos que un ama de casa o cualquier ciudadano va a comprar”. En este sentido, Suárez señaló a Hoy que los incrementos se registraron “no solamente en frutas o verduras, sino también en cortes de carne o productos como la leche, que viene creciendo mes a mes”.
El pan el mas crecidito

Las promesas del gobierno nacional de aminorar el precio del pan no sólo no prosperaron, sino que, por el contrario, terminó acrecentandose aún más con el pasar de las semanas. Según la Dirección de Estadística porteña, el producto se disparó un 87,3% sólo en los últimos cuatro meses. En la cadena inflacionaria, el aumento de cualquier insumo tiene su correlato directo en el valor del producto final. En el caso de la harina el desbarajuste terminó por afectar a la mayoría de sus derivados como son los fideos, panificados, entre otros.

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