lunes, 7 de octubre de 2013

 

a pie a lujan

El Arzobispo de Buenos Aires Mario Aurelio Poli, tras realizarse la 39º Peregrinación Juvenil a Luján, recordó a la Virgen María durante la misa central, como la "primera peregrina de la fe" y equiparó su alegría y la de su prima Isabel con la alegría de los peregrinos al llegar durante las últimas horas a la Basílica. La columna principal, con la "imagen cabecera" de la Virgen de Luján, llegó a la Basílica a las 6.50 de la mañana, en medio de aplausos, emociones y vítores de los devotos. Minutos después, esa imagen fue el centro de la escena en el comienzo de la misa central que celebró monseñor Poli junto a los obispos de las distintas Diócesis, y de la que participó una multitudinaria masa de creyentes. Se trataba de cientos de miles de personas, jóvenes y adultos que llegaron tras peregrinar unos 60 kilómetros bajo el lema "Madre, cuidá la fe de tu pueblo que camina" y en el marco del año de la Fe. A las 7 en punto el Arzobispo Poli comenzó diciendo "la virgen, sin medir esfuerzos realizó la primera peregrinación de la fe, recorrió más de 100 kilómetros desde su casa en Nazareth hasta un pueblito donde vivían sus parientes, y lo hizo para anunciar lo que llevaba en su seno, a Jesús, el hijo de Dios, el Salvador. La alegría de su prima Isabel es semejante a la profunda emoción que cada uno de ustedes experimentó cuando llegaron al santuario de la madre aquí en Luján".
"También nosotros le decimos 'Virgencita te felicitamos' porque creíste antes que nadie lo que Dios te anunció y por eso te pedimos que cuides la fe de tu pueblo que camina, la fe en tu hijo Jesús", agregó. Poli explicó que "recurrimos a ella porque es compañera en el camino de la vida y enseña a conservar en el corazón las cosas de la fe, las que Dios quizo revelar a los pequeños, a los humildes. Cuidar nuestra fe es una tarea delicada y solo se puede confiar a la custodia de una madre como María". "Al depositarla en ella, dejamos lo más valioso que tenemos en buenas manos. La fe es un don y con ella Dios nos regaló en el bautismo un gran amor. Es la fe que a vos peregrino sacó de tu casa, de tus cosas, te movió a confesarla caminando", afirmó. El arzobispo remarcó que "hay muchos modos de confesar la fe: con la boca para alabar, con las manos para ayudar al prójimo, con buenas obras y también se la confiesa con los pies para imitar a María misionera, que no dudó en salir a los caminos para anunciar a Jesús". Luego se dirigió a los peregrinos que llegan todos los años a Luján y les dijo "si ya caminaste más de una vez sabés que hay un antes y un después del sacrificio de cada peregrinación, porque es la fe en Jesús la que te atrae y alienta a seguir caminando. El te da su gracia y transforma toda tu persona. En esto también se ve la mano de la Virgen porque la madre pondrá siempre los medios para que nos encontremos con su hijo Jesús". Durante su homilía, el prelado recalcó que "la fe no se negocia ni se claudica a ella. Y si alguien quiere separarnos del amor de la Madre que nos cuida, hay una respuesta cortita y al pie, como nos enseñó el Negro Manuel: soy de la Virgen nomás!". Casi al concluir la homilía y antes de continuar con la misa, el arzobispo saludó a los fieles como lo hacía hasta el año pasado Monseñor Jorge Bergoglio, hoy Sumo Pontífice. Poli dijo "tambien te saludo para que no lo extrañen con el saludo del Papa Francisco, 'que a todos la virgen los cuide much'". La 39na. edición de la peregrinación juvenil a Luján se inició el sábado desde el santuario de San Cayetano, ubicado en el barrio porteño de Liniers.

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