martes, 26 de noviembre de 2013

 

la bruja le pego a los jovenes

Las derrotas suelen dejar muchos aspectos negativos para el análisis.
En contrapartida, las victorias disimulan errores y suelen maquillar desavenencias internas.
No ha sido el caso en el último triunfo de Estudiantes contra Colón.
Cansado de algunas actitudes, Juan Sebastián Verón salió a pegar duro contra los más jóvenes del plantel. El capitán del Pincha retomó su actividad profesional erigido como un faro, una guía. Ahora, recrudece su discurso reconociendo, quizás, que su mensaje no ha calado lo suficientemente hondo puertas adentro.             Verón omitió nombres propios a la hora de sus declaraciones. En su lugar, optó por dar una estadística: el 80 % del plantel está conformado por jóvenes. Y así es. Gerónimo Rulli, Agustín Silva, Jonathan Silva, Mauricio Rosales, Leonardo Jara, Gastón Gil Romero, Carlos Auzqui, Guido Carrillo, Joaquín Correa, Álvaro Klusener, Diego Mendoza y Patricio Rodríguez componen la línea más joven del plantel.
 A ellos parece estar dirigido este mensaje.
 El capitán albirrojo hizo énfasis en algunas cuestiones de convivencia que no quiso hondar pero que se entienden. La lucha de Verón es generacional. Su pugna está en el mensaje de la escuela de Estudiantes en tiempo donde esos valores están disgregados y las facilidades de la tecnología los hacen más laxos.
 Antes se crecía desde la carencia. Se fomentaba el hambre por lo que no se tenía y se quería conseguir. Gloria deportiva, pero también, el futuro próspero para la familia y las generaciones venideras. Esa siempre fue la filosofía de todo futbolista, sin importar las edades.
 Hoy, la ecuación se alteró. Primero se busca el salvataje económico y después, si llega, la gloria. Y contra esto, es difícil combatir. Mucho más porque las carencias son diferentes.
El “hambre deportiva” se ha transformado y lo que antes era sufrimiento hoy ya es parte de la excepción. De ahí que para un jugador que creció en el barro de la pobreza futbolística, como Verón en los finales de los 80 y comienzos de los 90, sea tan difícil convencer a jóvenes que crecieron en la opulencia de la gloria deportiva y económica que ha sido esta última década en el Pincha.
 Estudiantes no es una isla. Este conflicto generacional se da en uno y cada uno de los clubes del fútbol argentino. No hace mucho, Juan Román Riquelme reprodujo un mensaje similar al de Verón en referencia a los juveniles de Boca.
Tampoco es exclusivo del fútbol. Se puede apreciar en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. El fútbol tiene un poco más de exposición y por eso se hace evidente. Ajustar las clavijas, endurecer el discurso y las formas, parece ser el mecanismo de acción que encontró Verón para enderezar el rumbo. Quizás lo logre y dentro de 8 meses, estas declaraciones habrán quedado en el plano de la anécdota. O quizás fracase, y su figura se extinga en un contexto donde el ansia de triunfo se traduce en billetes y no en la perdurabilidad deportiva.

Etiquetas:


Comentarios: Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]