domingo, 1 de diciembre de 2013

 

el pez por la boca muere ( 2)

Otra de las grandes mentiras que se escucharon de boca de Capitanich fue el supuesto compromiso del gobierno nacional en la lucha contra las drogas, designando como titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y de la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), a un sacerdote de nombre Juan Carlos Molina.
Se trata de un cargo que estaba vacante desde el pasado 21 de marzo, cuando Rafael Bielsa presentó la renuncia.
Ahora bien, no fueron pocos los operadores políticos K que afirmaron que la designación de Molina constituía un mensaje a la Iglesia, luego de que las máximas autoridades eclesiásticas, siguiendo las órdenes de nuestro Papa Francisco, salieron a hacer una grave denuncia pública sobre el crecimiento del narcotráfico, especialmente durante la llamada “década ganada”.
La realidad es que el sacerdote que estará a cargo de la Sedronar nada tiene que ver con Francisco, que jamás habilitó a alguien de la Iglesia para ser funcionario K.
Molina, en realidad, es un dirigente K desde hace años, asesor de la ministra Alicia Kirchner, una de las máximas responsable del clientelismo político que existe en el país (que tantas veces fue criticado por el cardenal Jorge Bergoglio, antes de convertirse en Sumo Pontífice), y también mantiene un estrecho vínculo con Capitanich.
En Chaco, el pago chico de Capitanich, que gobernó hasta hace pocos días, también existen niveles alarmantes de clientelismo político mediante el que se busca aprovechar la miseria extrema que se vive en esa provincia para mantener el status quo.

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