miércoles, 11 de diciembre de 2013

 

martin vestiga : los ladrillos del ex diputado

Este calor sobrehumano no me deja pensar. Camino por esta ciudad vacía de ideas pero llena de transeúntes que ven la vida pasar “de coté”.
Como ustedes saben, trato de terminar este fatídico año lo mejor posible y por eso, de tanto en tanto, me voy a jugar una fichita al Bingo de diagonal 80.
      En eso, mientras me dirigía hacia el tragamonedas, un papel arrugado en el piso que reza en desprolijo manuscrito: “Pista: hay un ex legislador provincial que era del PRO y ahora coquetea con el massismo que se ve que la juntó de lo lindo durante sus cuatro años de mandato y por eso además de sus propiedades en La Plata y la cheta Cariló, se está armando una casita en un country privado de la zona norte de la ciudad”.          Termino de leer y me quedo masticando la data, pienso: “muchas opciones no hay”.
     Después, saludo a una anciana que tiene una sonrisa de oreja a oreja y mientras especulo que debe haber ganado unos pesitos en la ruleta, una especie de intuición periodística mezclada con la dosis necesaria de sentido común me aflora, al tiempo que recuerdo otra info que en su momento me pasó un colega. “Acordate, que este flaco no se come ningún Garrón.
     Se puede quedar sin fueros y sin el sueldito de la Legislatura pero con toda la teca que sacó de subsidios, contratos y becas a costa de pagarle dos mangos a sus colaboradores, en cualquier momento se hecha panza arriba a retozar sin importarle más nada”.
Es cuando me acerco a la resolución del acertijo y en otro papel –como puesto por el destino cerca del toilette- me encuentro con el relato en tercera persona de alguien que cuenta como este ex diputado se ufana ante dirigentes del partido amarillo de estar terminándose una ‘casita’ en el coqueto country del Grand Bell.          Miro de reojo a un apostador cualquiera, reviso mi billetera y al ver que a pesar de trabajar de sol a sol sólo tengo 135 pesos en el bolsillo -y todavía no llegamos a mediados de mes- me da un poco de bronca pensar en gente como esta, que fue votada por la población, cobró de los impuestos pagados por otro y no dejó siquiera un proyecto legislativo coherente que pueda servirle a la sociedad.
      Entonces pienso en las prácticas putañeras, en la camioneta importada, en los inmuebles de la buena vida, en las postulaciones hacia el 2015 y la candidatura a intendente frustradísima y concluyo:
    “Mucha info por hoy, será mejor que me calme y espere mansito al 24 a la noche para brindar en familia. Quizá Papá Noel se acuerde de los ciudadanos de a pie y en un acto de justicia me traiga un obsequio bien merecido”.

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