La Plata, Ciudad Generosa

En un país como la Argentina, al borde del colapso económico, con una inflación que la pone en el ranking de las naciones con mayor incremento del costo de vida en el mundo, el gobierno kirchnerista está a punto de hacer otro infame negociado: pagarle a la empresa Repsol unos 5000 millones de dólares por la expropiación de los 51% de las acciones de YPF.
Estamos hablando de un desembolso multimillonario, que tendrá como destino las arcas de una compañía que habría saqueado y vaciado lo que supo ser una de las petrolera más importante del continente hasta antes de la privatización
Para aquellos que no lo recuerdan, la venta a precio vil de YPF se pudo hacer gracias al apoyo entusiasta de Néstor y Cristina Kirchner, que gobernaban Santa Cruz. A cambio recibieron del menemismo algunos decenas de millones de dólares en concepto de regalías petroleras mal liquidadas, que fueron utilizadas por el gobierno santacruceño para la compra de bonos de YPF que, al ser revendidos años más tarde, amasaron un total de 500 millones de dólares que fueron enviados a bancos del exterior. El destino de esos fondos, al día de hoy, está envuelto en un cono de sombras.
Ayer, la propia petrolera española Repsol informó en la Bolsa de Madrid que las acciones expropiadas de la empresa YPF fueron revaluadas en 5.000 millones de dólares, lo que implica la casi segura aprobación del acuerdo de compensación con el Gobierno, el cual sería refrendado el martes por el Consejo de Administración de la firma europea.
Tomando en cuenta el tipo de cambio oficial, estamos hablando de más de 39 mil millones de pesos, cifra que alcanzaría para mejorar sustancialmente los sueldos de docentes, médicos y estatales en la provincia de Buenos Aires, que hoy se encuentran en pie de guerra por el nulo avance de las negociaciones paritarias. Con este dinero, alcanzaría para dar un aumento salarial del 49%
A través de un comunicado oficial a la Bolsa de Madrid, Repsol indicó que "con cargo a los resultados del ejercicio 2013 se registrará un saneamiento de 1279 millones de euros después del impuesto", consignó.
Tal como lo venimos afirmando en estas páginas, este negociado infame que hace CKF no se hará con dinero de su millonario patrimonio, que creció de forma escandalosa en más del 1000% en la última década: lo que se está despilfarrando son los recursos que aportan todos los ciudadanos cuando pagan impuestos, desde aquellos que forman parte de los sectores más acomodados de la sociedad hasta aquellos más humildes que abonan el 21% de IVA cuando compran una paquete de fideos. En definitiva, lo que se llevará Repsol será a costa de una presión fiscal agobiante que pone en jaque a los sectores productivos y a costa del hambre de miles de compatriotas.
“Le terminan dando un premio a una empresa, cuyo titular (Antonio Brufau), debería estar denunciado penalmente por haber vaciado a YPF, algo que está contemplado en nuestras leyes. Para colmo, este gobierno le está otorgando subsidios millonarios a las petroleras extranjeras”, le dijo a Hoy, Gustavo Callejas, exsecretario de Combustibles de la Nación.
Según Callejas, antes del ingreso de Repsol a YPF, que en el año 1998 se quedó con el 20% de las acciones que estaban en manos del Estado y luego se apoderado del 99% de los títulos de la petrolera, YPF producía el 70% del gas y el petróleo de la Argentina, hoy no llega al 30%.
“Durante el gobierno de la Alianza, la entonces secretaria de Energía, Débora Giorgi, que actualmente es la ministra de Producción del gobierno nacional, le otorgó por anticipado, cuando faltaba 20 años para el fin de la concesión, la explotación del yacimiento Lomas de Lata, uno de los más importante del país. Repsol hizo un desastre ya que, en momentos en que se sabía que no había las reservas suficientes, comenzó a exportar gas a Chile. Y ello agravó la caída de las reservas”, sostuvo el exfuncionario.
La llegada de Néstor Kirchner profundizó los negocios oscuros del gobierno con Repsol. Por ejemplo, el kirchnerismo avaló cada uno de los balances y luego operó para que el Grupo Eskenazi, muy cercano a los K, se quedará con el 20% de las acciones de YPF sin desembolsar un solo dólar. Concretamente, Repsol le cedió ese paquete accionario permitiendo que los títulos sean pagados con la propias utilidades que Eskenazi obtenía de la compañía. Un verdadero escándalo: en un sistema capitalista, la principal petrolera del país se compró sin dinero.
Eskenazi es un banquero de poca monta, muy cercano al kirchnerismo. Se intento justificar su ingreso diciendo que era experto en mercados regulados, una gran falacia. A su vez, en YPF hay otros intereses privados, como el empresario mexicano Carlos Slim que ahora tiene partes de las acciones”, sostuvo Callejas.

Slim -empleador del padre del exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina- es considerado uno de los hombre más ricos del mundo. Su fortuna la logró en un país donde campea el narcotráfico y el crimen organizado.
El acuerdo incluye una indemnización por el 51% de YPF expropiado por 5.000 millones de dólares, al cambio actual 3.640 millones de euros, en bonos argentinos a 10 años y con un interés anual próximo al 8,5%. Gran parte de las conversaciones mantenidas entre la petrolera española y el gobierno K se han centrado sobre la garantía de cobro, ante la situación de incertidumbre de la deuda argentina y el temor a que el país caiga en default. Deutsche Bank habría sido el asesor financiero de Repsol durante todo este proceso.
Asimismo, la petrolera tiene la opción de buscar un comprador cuando lo considere oportuno y al precio de mercado o bien esperar su amortización e ir cobrando los intereses, en cuyo caso el valor recibido por la expropiación se situaría entre 8.000 y 9.000 millones de dólares.
A cambio de la compensación, la petrolera española acepta retirar sus pleitos en la justicia española, argentina y estadounidense, y sus reclamaciones en el tribunal de arbitrajes del Banco Mundial (Ciadi). Precisamente en este organismo Repsol había interpuesto un reclamo superior a los 10.000 millones de dólares.
Ayer trascendió que Repsol podría utilizar la indemnización pagada con los recursos de los contribuyentes argentinos para profundizar en su estrategia de crecer en el negocio de exploración y producción de crudo con la adquisición de nuevos activos en mercados como Estados Unidos y Canadá.

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