La Plata, Ciudad Generosa

La situación del Teatro Argentino es preocupante y día a día parece estar empeorando su estado sin que nadie tome cartas en el asunto. El lugar fue reinaugurado en 1999, pero hoy su abandono mantiene en vilo a los trabajadores del lugar y los vecinos de la ciudad.
La historia
del Teatro Argentino se remonta al año 1887, cuando los arquitectos platenses Enrique Bares, Tomás García, Roberto Germani, Inés Eubio, Alberto Sbarra y Carlos Ucar planificaron el proyecto que dio vida al lugar.
A partir de su inauguración en el año 1890 desfilaron los más grandes artistas del país, pero en el año 1977, un incendio redujo casi a cenizas al Teatro, reinaugurándose recién en el año 1999, gracias a intensas gestiones realizas desde el Gobierno Municipal y Provincial.
Hoy el lugar, a 15 años de haber reabierto sus puertas, tiene signos
deplorables y la situación pone en vilo a los trabajadores del lugar, y a los vecinos de la ciudad, quienes recuerdan con melancolía cuando las llamas destruyeron al gigante Teatro platense.
En ese marco, uno de los trabajadores del lugar, Juan Bautista, lamentó su pésimo estado de abandono y difundió a través de la red social Facebook las imágenes que acompañan a esta nota y que dan cuenta claramente del tétrico estado del lugar.

Este Teatro, ubicado en la manzana céntrica de las calles 9, 51,10 y 53, fue declarado de “Interés Nacional” y abarca una superficie de 60 mil metros cubiertos en los que se desarrollan, a través de varios niveles, salas independientes, áreas de ensayo, camarines, talleres de escenografía, vestuario y utilería y sectores administrativos.
Hoy, deslucido en su aspecto exterior, casi nada le queda del esplendor de los primeros años de inaugurado. Son muchos los detalles que hablan de la falta de mantenimiento, como las gigantes pintadas que marcan la fachada y los muros laterales; las baldosas hundidas en la parte de 51; la escalera de ingreso al hall central, con zócalos faltantes y otros destruidos.
Como otra muestra de la desidia todavía se mantiene el enorme manchón de tizne que quedó de un principio de incendio ocurrido en un sector del patio externo de 9 y 53 en septiembre pasado.
La plaza seca, una de las virtudes que se le destacó al proyecto edilicio en la oportunidad de su inauguración, dejó de cumplir su propósito como sitio de muestras culturales a mediados de 2011, cuando fue cubierta por oficinas administrativas que se construyeron para el uso de la Justicia Electoral, una iniciativa que despertó duras críticas por parte del Colegio de Arquitectos y del Centro de Ingenieros de la Provincia.
Hoy, el lugar que supo cautivar a los platenses y turistas que transitan a diario por nuestra ciudad, es una muestra más de la desidia y la falta de mantenimiento con que la gestión municipal y provincial tratan a los espacios públicos de la ciudad.

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