lunes, 25 de agosto de 2014

 

si garpas cambian las reglas

En varios colegios privados de la ciudad de las diagonales el reglamento no es aplicado del mismo modo para todos los estudiantes. Apellidos de renombre o contribuciones económicas al establecimiento pesan a la hora de tomar decisiones. Una de las situaciones que refleja las preferencias es el ausentismo.

Son muchas las familias adineradas que se toman vacaciones en temporada baja, en pleno curso lectivo. Los viajes a Europa, Estados Unidos o el Caribe generan que los alumnos superen las 25 faltas justificadas que pueden acumular durante el año.
Pero el reglamento se deja de lado si el alumno es hijo de un juez o político, las autoridades hacen la vista gorda y sacan de la galera un “plus” de faltas. En cambio, si un estudiante tiene beca o sus padres se retrasaron en el pago de la mensualidad, la institución privada actúa con el rigor de la ley.
Queda en evidencia que los casos son medidos con distintas varas, dejando una triste enseñanza a los jóvenes: “el que paga tiene derecho a todo”.
Consultado sobre el tema, un docente de un histórico colegio católico del centro de La Plata aseguró: “Muchas veces recibimos la orden de darle más posibilidades y tenerle piedad a chicos que no valoran nada, que tratan a los que no pertenecen a su elite con desprecio”.
Por miedo a perder su puesto de trabajo, el docente no quiso dar a conocer su nombre ni el de la institución: “No hay bancos en muchas escuelas privadas, hay cientos de chicos en listas de espera y el que lo tiene no lo valora”.



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