lunes, 22 de septiembre de 2014

 

la nerona lo hiso

En momentos en que la crisis económica no da tregua en la Argentina, la presidente Cristina Fernández decidió irse a Nueva York para intentar difundir las mentiras de su relato, que poco y nada tiene que ver con la realidad de la gente.
Pese a que tiene previsto participar de la Asamblea de las Naciones Unidas el próximo miércoles, con el objetivo de utilizar ese ámbito para despotricar contra los fondos buitres que están en litigio contra su gobierno, la primera mandataria decidió instalarse en Estados Unidos cuatro días antes. Así, además de poder ir de compras y pasear por la ciudad de las luces, también tiene tiempo para reunirse con sus empresarios amigos, muchos de los cuales son tan buitres como los titulares de los fondos de inversión que lograron que el juez Thomas Griesa les habilite un pago de más de 1300 millones de dólares por títulos que están en default .
Evidentemente, la actitud de Cristina de ir por el mundo hablando maravillas de los resultados de su gobierno, demuestran que la primera mandataria se está creyendo las mentiras de su propio relato. Por eso, a esta altura de los acontecimientos, cuando falta un año para las elecciones primarias, hay que decir que “Cristina lo consiguió”.
¿Qué fue lo que consiguió? Logró que la Argentina esté inmersa en una profunda recesión, solamente comparable con los meses más negros de la crisis de 2001 y 2002, con economías regionales absolutamente quebradas y empresas que diariamente tienen que despedir y suspender personal por qué no les cierra la ecuación económica. Hay números que hablan por sí solos: se calcula que en el primer semestre del año se perdieron 404.000 puestos de trabajo, que suman 554.800 si se tiene en cuenta los últimos doce meses. Estamos hablando, en muchos casos, de pymes, a las que se le hará muy difícil poder resurgir, y de empresas extranjeras que -contando con información privilegiada acerca de que el futuro económico no pinta para nada bien- han decidido irse del país de forma definitiva.
La presidente también consiguió que la Argentina volviera a estar en un ranking mundial. ¿En cuál? En el top ten de las naciones que tiene más inflación en el planeta, solamente superada en América Latina por la Venezuela chavista. El incremento del costo de vida en la Argentina, que llega al 40% anual, actualmente cuadriplica o quintuplica, según el caso, a lo que se registra en países vecinos como Chile, Uruguay y Brasil.
La inflación va de la mano de otro flagelo: el crecimiento de la marginalidad. Ante la falta de estadísticas oficiales, el Banco Mundial informó, el viernes pasado, que el país se encamina a tener 40% de su población bajo la línea de la pobreza. Según este organismo multilateral, un 33% de los argentinos, es decir uno de cada tres compatriotas, pertenece a una franja social "vulnerable". Y podría caer en la pobreza si el país sufre un shock económico. Se trata del porcentaje de población que vive con entre 4 y 10 dólares por día. Para el Banco Mundial, por debajo de ese sector vulnerable hay un 10,9% de la población que ya vive en extrema pobreza, que según sus criterios para medirla corresponde a familias con ingresos inferiores a 4 dólares por día.
El otro gran “logro” de Cristina fue haberle dado la estocada final a la educación pública. Durante el fin de semana, se conocieron datos demoledores: aproximadamente 500 mil jóvenes abandonan la escuela secundaria cada año.
El último dato oficial disponible data de 2010 y fue elaborado por la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (Diniece). Según este organismo, hace cuatro años, habían sido 427.111 los adolescentes que abandonaron sus estudios, un promedio de casi 1200 chicos por día o un colegio de gran porte, cada veinticuatro horas. La situación ahora sería mucho peor por el agravamiento de la crisis. Y por eso los expertos ya hablan de una tasa de abandono superior al medio millón por año. La única respuesta que ha tenido el gobierno K, ante una escuela pública que se derrumba, fue bajar línea para reducir el nivel de exigencia, eliminar las repeticiones en la Primaria y facilitar, al extremo, las promociones. El decir, el kirchnerismo no sólo está haciendo que haya cada vez menos alumnos en las aulas, sino también que aquellos que se quedan sepan cada vez menos.
Suele decirse que las mentiras tienen “patas cortas”. Y prácticamente nadie, salvo los aplaudidores, compra el buzón que permanente quiere vender un gobierno que está en retirada.


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