La Plata, Ciudad Generosa

Defender lo indefendible, de eso se trata la actividad del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, cuando responde sobre hechos de corrupción que rodean a la gestión kirchnerista. Ayer, en su habitual conferencia de prensa matinal, el chaqueño volvió a utilizar palabras rebuscadas y apuntó sus dardos envenenados contra la Justicia que investiga distintos ilícitos cometidos durante la mal llamada década ganada.
Capitanich aseveró que el Poder Judicial lidera una "estrategia de golpismo activo" contra el Gobierno y sus funcionarios, y a la oposición de tener “una actitud violatoria a la Constitución Nacional y una perspectiva sediciosa” por negarse a tratar la designación de un nuevo miembro de la Corte Suprema tras la renuncia de Eugenio Zaffaroni.
El discurso K, como nunca antes en nuestro país, está vacío de contenido. Capitanich es uno de los principales ejecutores de la burda estrategia mediática que busca tapar una realidad económica y social cada vez más complicada. De esta manera, mientras que para los K Argentina se encuentra en una suerte de cuento de Hadas, propio de las películas de Disney, a medida que se acerca fin de año, la ciudadanía siente estar viviendo una película de terror. A esta altura, Capitanich se parece cada vez más Frankestein.
En diálogo con Hoy, Daniel Sabsay, uno de los principales constitucionalistas del país, que viene reclamando que la presidenta Cristina Kirchner muestre públicamente su título de abagada, señaló que “’Coqui’ es un chirolita sin instrucción. Que este personaje sea el Jefe de Gabinete del gobierno nacional, habla por sí solo del mamarracho que ha significado el kirchnerismo”
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El titular de la cátedra de posgrado en Derecho Constitucional de la UBA, destacó además, que “lo de Capitanich es una cosa ridícula porque finalmente la Justicia comienza a acelerar los juicios por la corrupción que hemos sufrido en estos últimos años. Frente al temor que esto causa, empiezan a haber intentos desesperados y absurdos de alguien que no entiende lo que significa la división de poderes y la independencia de la Justicia en nuestro país”.
La dirigencia oficial no entiende que los jueces cumplen con su deber al investigar casos de corrupción, lo que pasa es que desgraciadamente durante mucho tiempo gran cantidad de jueces no lo hicieron. Lo mismo sucede con el Senado de la Nación, que ejerce una potestad que le es propia y que es la posibilidad de determinar en qué momento le parece oportuno ocupar la cobertura de un cargo.
“Yo veo que quieren quedar como las víctimas, porque ven que no pueden doblegar la situación. Me parece que ellos están planeando una retirada, y de ahí parte todo este relato de un supuesto golpe de estado contra ellos, de ahí lo de los buitres y todas otras cuestiones estúpidas. Tengamos mucho cuidado porque son capaces de escaparse, planeando una retirada, irse como hizo por ejemplo Fujimori en Perú”, subrayó Sabsay.
El fin de ciclo K está más latente que nunca. De ahí que el gobierno salga con toda esta parafernalia y accionar mediático a atacar a la Justicia, ya que estiman que a partir de diciembre del año que viene tendrán que desfilar por Tribunales a dar explicaciones por todos los actos de corrupción que se han cometido durante la última década.
Los temores oficiales al accionar de la Justicia, lleva a que Capitanich y otros funcionarios sigan con la “mística” del relato, en un panorama netamente fantasioso, donde se distorsiona la realidad, queriéndose convertir en víctimas y no como los ejecutores de una política que ha llevado a la Argentina al borde del abismo social y económico.

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