viernes, 24 de julio de 2015

 

sin repuestos

Reparar un coche en Argentina ingresó en los últimos años en la lista de trámites que nadie quiere hacer. A raíz de las trabas a las importaciones y los controles cambiarios, realizar un arreglo se volvió costoso, largo, y complicado, con aumentos de precios superiores al 50 por ciento en lo que va de este año.
Según empresarios repuesteros, a veces no se consiguen elementos que son irremplazables, como partes de motores, sensores de auto, o piezas de cajas de cambios, entre otros.
El vicepresidente de la Federación de Cámaras de Comerciantes de Repuestos, Esteban Martín, planteó que antes era fácil conseguir piezas "sin mucho problema", pero hace 4 años todo se empezó a complicar y hoy ya nos
parece normal que autos queden 2 o 3 meses parados esperando un repuesto."
Además, indicó que en ocasiones la reparación se puede efectuar, pero por repuestos de "peor calidad, duran menos y hasta anulan funciones" de seguridad para el coche, como los sistemas antideslizantes de los frenos ABS.
Martín asegura que los faltantes se dan para todo tipo de coches, ya sean nuevos o viejos, nacionales o importados. "Nos ha pasado ver vehículos recién salidos de la concesionaria que chocan y ya no tienen repuestos. Estamos pasando por un momento difícil".
Para Juan Vicente, titular de la Unión de Propietarios de Talleres Mecánicos de Automóviles, los materiales no son fáciles de conseguir y "la industria nacional no está a la altura de las necesidades", por lo que "hay que poner lo que hay".
"El problema es que en productos como correas o filtros de aire, nafta y aceite, los reemplazos disponibles en el mercado pueden durar menos", agregó.
En lo que respecta a precios, un referente del sector aseguró que se dieron incrementos "terribles" de las autopartes. "Desde fin de año, los valores saltaron al entre un 50 y un 60% en promedio y quedaron sumamente altos", sentenció Claudio Odoguardi, presidente de la Cámara de Repuesteros y Afines de La Plata.
La dificultad para conseguir piezas no afecta solo a las diferentes eslabones de la cadena automotriz, otrora estrella del período iniciado en 2003, sino a otras ramas de la industria. Se trata de un problema estructural que depende de la caída de las exportaciones y la ausencia de divisas en el país, que se profundizó con los controles del Banco Central en el segundo gobierno de Cristina Kirchner.
Frente a esta imposibilidad de hacerse de las partes, los valores de las piezas tienden al alza. "La escasez genera inflación porque quien logra importar tiende a elevar los precios. Y también la reciente suba del dólar blue, porque la brecha creciente con el oficial impide que los comerciantes sepan si, al valor de venta actual, luego podrán reponer la pieza. Entonces, por las dudas, se cubren aumentando", señaló al mismo matutino Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior.



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