lunes, 3 de agosto de 2015

 

crece el escándalo por la campaña de Saintout

Cuando faltan seis días para las primarias, se conocieron nuevas movidas escandalosas sobre la forma en que la precandidata a intendente de La Plata, la ultrakirchnerista Florencia Saintout, estaría financiando su campaña electoral. Según pudo saber Hoy, Saintout estaría echando mano a fondos de la Universidad, aprovechando el hecho que tiene doble cargo: es concejal y decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata.
Altas fuentes consultadas por nuestro diario confiaron que desde Periodismo habría hecho movidas para quedarse con los fondos que estaban destinados a la denominada Escuelas de Oficios que tiene la UNLP, para derivarlos a sostener la campaña electoral. La situación habría generado algunas disputas internas en la Universidad que buscaron ser silenciadas para que el hecho no salga a la luz. Se habla de un desvío de aproximadamente 4 millones de pesos. Eso no es todo: la campaña de Saintout también se estaría sosteniendo con recursos del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner. Ocurre que el primer candidato a concejal de la lista de Saintout es Gastón Castagneto, hijo del viceministro y cajero de la cartera de Desarrollo Social, Carlos Castagneto, de estrecha relación con Alicia K. Cabe recordar que Castagneto padre estuvo imputado por el fiscal Federico Delgado en una causa judicial por haber entregado electrodomésticos como forma de comprar votos, en zonas humildes de La Plata, durante diferentes períodos electorales.
Además, tal como lo viene informando Hoy, la Facultad de Periodismo tiene una fundación trucha que serviría para recaudar recursos, a través de contratos con empresas y otros organismos públicos, sin realizar ningún tipo de rendición de cuentas ni atravesar por el contralor de los organismos universitarios (como el Consejo Superior) y otras entidades que deberían supervisar el manejo económico y administrativo de las universidades: la Auditoría General de la Nación y la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). Las fuentes consultadas por Hoy también aseguran que, en las últimas semanas, se profundizaron los aprietes contra estudiantes de Periodismo para que realicen actividades proselitistas que nada tienen que ver con la carrera que cursan. Las presiones también se hacen extensivas al plantel docente que, tal como informó Hoy en distintas oportunidades, fue “depurado” en los últimos años a partir de distintas acciones –como concursos truchos y cátedras paralelas- tendientes a echar o dejar marginados a todos aquellos profesores que no estaban alineados políticamente con el decanato.
Fue tan profunda la purga K realizada en Periodismo que, cuando Saintout se presentó para hacer reelecta como decana de la facultad, el 100% de los docentes votó por ella. Es decir, la orden era clara: todo aquel que osara votar en blanco o impugnar el voto podría ser marginado en la facultad. Prácticas de este tipo hasta le generarían escozor a los compadritos de la década infame que recurrían a todos tipo de trapisondas antidemocráticas.
Asimismo, los aprietes a los estudiantes también se instrumentan desde algunas cátedras, desde donde le ordenan a los estudiantes –como requisito para aprobar asignaturas- que participen en operetas en función de los intereses políticos del gobierno de la facultad. Esto se complementan también con portales de Internet, que se sostienen con recursos de la Universidad, que fueron creados para hacer operaciones y apoyar la candidatura de Saintout.
Saintout premió a Hebe de Bonafini poco después de haberse conocido el escándalo por los $1200 millones que tanto Hebe como su ex hijo putativo, el parricida Sergio Schoklender, malversaron en la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Como si todo esto fuera poco, el pasado 14 de julio, en esa misma sede, Saintout le hizo entrega del doctorado “honoris causa”, la máxima distinción que otorga la casa de altos estudios, a la titular de Madres.
Saintout también utilizó la facultad para darle cobijo a uno de los principales implicados en el denominado Boudougate. Nos referimos a Martín José Cortes, quien fue vocero de Felipe Solá y luego se convirtió en director del Banco de Formosa, una de las principales cajas políticas de Gildo Insfrán, el gobernador feudal de esa provincia. Cortés actualmente está procesado en la Justicia por haber cobrado $2,2 millones que, según la investigación judicial, se habría utilizado para encubrir una coima, una devolución de los honorarios percibidos que cobró la firma The Old Fund –integrada por testaferros del vicepresidente- por un asesoramiento para reestructurar la deuda de Formosa.
Cortés es un estrecho aliado político de Saintout, al punto que la decana le creó una cátedra a medida: el Taller de Planificación Comunicacional en el Sistema Productivo.
Edmund Burke escribió, en el siglo XVIII, que “lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. Esta frase tiene una enorme actualidad para analizar lo que está ocurriendo en la Universidad donde más escandaloso que las maniobras de Saintout para financiar y sostener su candidatura, utilizando recursos humanos y económicos de la UNLP, resulta la pasividad de quienes forman parte del Rectorado y del Consejo Superior.
Estamos hablando de recursos que aportamos todos los ciudadanos, con nuestros impuestos, incluido los sectores socialmente más postergados que pagan el 21% de IVA cada que compran un alimento y que no tienen la más mínima posibilidad de pasar ni siquiera cerca de una facultad.
En los últimos años ni el Rectorado ni el Consejo Superior de la UNLP, integrado por todos los decanos y representantes de los trabajadores, docentes, graduados y estudiantes, le pusieron límite alguno al grupo político que conduce Periodismo desde hace 30 años –que ahora comanda Saintout- mientras realizaban las purgas de profesores en la facultad. Esta misma actitud de esconder la cabeza como un avestruz es la que tienen ahora en momentos en que se estarían utilizando fondos y recursos humanos que deberían estar destinados a brindar más y mejor educación superior, y no a sostener una candidatura política.
Es cierto que algunos funcionarios del Rectorado responden a Saintout, y hay algunos consejeros que también le reportan políticamente. Pero nada ni nadie impide que el resto de los funcionarios universitarios, entre los que seguramente hay mucha gente honesta y honorable, comprometida con la educación pública, denuncie o haga algo al respecto.



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