domingo, 15 de noviembre de 2015

 

invasion en las veredas

Sometidas al avance sin freno de aquellos que convierten en propio lo que es público, las veredas de La Plata se han transformado en la pista de una carrera de obstáculos. Por aquí y por allá, las aceras están regadas de mesas y sillas, toldos, heladeras, carteles, bicicleteros, cajones de frutas y verduras, autos mal estacionados y artesanos y manteros que se adueñan del espacio público y dejan estrechos corredores en áreas de intensa circulación peatonal.
La lista de infractores es larga e incluye a numerosos comerciantes que convierten a las veredas en una extensión de sus actividades comerciales -desde lavaderos de autos y talleres hasta concesionarias, mueblerías, bicicleterías o bares y restaurantes que colocan mobiliario más allá de lo permitido-. También a particulares que, sin habilitación, se reservan espacios para estacionar o quienes, por ejemplo, deciden colocar enormes maceteros y utilizar el entorno urbano como si fuera el propio patio.
En la esquina de 8 y 39 hay una verdulería que invade media vereda con su toldo( que deberia estar a un minimo de 3 metros del suelo, segun las normas) y a pocos centímetros apila bolsas de carbón; en cercanías de Plaza Italia una bicicletería abarrota la acera con unas veinte bicicletas en reparación que ocupan toda; para cruzar en la esquina de 7 y 46 hay que agudizar los sentidos para esquivar un puesto de diarios, sillas y mesas y un toldo de poca altura que incomoda a los transeúntes.
Esos obstáculos, claro está, son sólo ejemplos de situaciones que se repiten en casi todas las veredas, y que tienen a las obras en construcción que invaden la vereda como uno de los motivos de queja más frecuente, con 25 a 30 denuncias mensuales
Para las personas con diferentes discapacidades, adultos mayores y embarazadas, los obstáculos urbanos son un inconveniente aún mayor. “Es un problema que se ve mucho más en el Centro pero que también está en los barrios”
El titular de Control Urbano, Gustavo Luzardo, reconoció que a diario reciben reclamos que apuntan, por lo general, sobre establecimientos gastronómicos que disponen sillas y mesas en la vía pública. “En general, las situaciones que se denuncian o detectamos de oficio se resuelven mediante la mediación que ha probado dar resultados efectivos”, explicó Luzardo, de lo que se desprende que son escasas las situaciones que derivan en multas.
En Control Urbano, donde atienden 900 consultas mensuales, aseguran que sólo el 3,7% de esos llamados tiene que ver con denuncias por invasión de la vía pública, aunque la cifra se eleva considerablemente cuando se incluye parte de los reclamos por obras en construcción o autos mal estacionados que bloquean el paso.
Las pautas vigentes para el ordenamiento de la vía pública, los locales que venden frutas y verduras sólo están autorizados a mostrar lo que ofrecen al público de la traza municipal hacia adentro; los autos de las concesionarias no deben estar en la vereda; y a los puestos de flores no les corresponde extenderse más allá de la estructura metálica con la que cuentan. Los comercios dedicados a la gastronomía deben pagar un canon a la Municipalidad para utilizar la vía pública, y respetar una condición: no deben dificultar “la transitabilidad ni visibilidad de los peatones ni vehículos”. También se aclara que deben dejar “un paso peatonal de la mitad del ancho de la vereda con un mínimo de 2,20 metros”, distancia que muchas veces se incumple.
En el caso del “mobiliario urbano”, como bicicleteros, cestos de residuos, bancos o elementos de decoración, por nombrar algunos, la ordenanza exige liberar como mínimo 2,20 metros de vereda para facilitar el paso del peatón.

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