La Plata, Ciudad Generosa

En virtud de la escalada inflacionaria que el Indec se empeña en minimizar, el simple hecho de cursar una carrera superior se convirtió en una misión prácticamente imposible para infinidad de argentinos. Los gastos hacen que el esfuerzo se torne superlativo para las familias de aquellos que residen en nuestra región, y obligan a desistir de la idea a muchos de los que habitan en las localidades del interior bonaerense. En la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) lo saben, y es por eso que invertirán parte del presupuesto en despejar el terreno para que más de 8 mil jóvenes puedan iniciar o continuar sus carreras.
La prestigiosa casa de altos estudios desplegará a partir de hoy un abanico de servicios y becas con los que intentará atenuar el impacto de la suba en el precio de los alimentos, el estancamiento salarial y la ausencia lisa y llana de oferta laboral. Está claro que es el Estado el que debería garantizar la posibilidad de que los jóvenes de las familias con menos recursos accedan a la educación pública, pero ante el escaso respaldo buena es esta ayuda.

Hoy mismo, con los cursos de ingreso ya en marcha, reanudará sus actividades el comedor universitario y comenzará a funcionar la ventanilla única para gestionar las becas que ofrecen tanto la UNLP como otros organismos.

El formulario estará disponible en internet e incluirá la posibilidad de inscribirse en lo que esa casa llama “el novedoso sistema para favorecer el traslado de los estudiantes”. Quizá es novedoso, pero de fantástico no tiene nada. Por el contrario, la entrega de más de 300 bicicletas en préstamo desnuda la realidad de un país en el que muchos quedaron pedaleando.

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