La Plata, Ciudad Generosa

Así lo advirtió el presidente del Centro de prevenciones de drogas y otras adicciones de Lanús, Rubén Massobrio, que aseguró que han atendido a “pibes de 10 o 12 años que aspiraban vapores de correctores”. Consultado sobre las características de esos niños indicó que “por lo general son de la calle, pero en los últimos años también se registraron chicos de clase media”.
Massobrio está convencido de que -una vez que empiecen las clases- docentes, directores y porteros deberán estar atentos a cualquier actitud extraña de los chicos dentro de las escuelas, mientras que a los padres les explica lo siguiente: “No decimos que no los compren, sino que estén atentos”.

El centro elaboro una cartilla destinada a autoridades educativas, docentes, funcionarios municipales, concejales y consejeros escolares. Dice textualmente lo siguiente: “Una nueva amenaza adictiva se infiltra en las aulas escolares: es que los correctores ortográficos contienen entre sus componentes tolueno y benceno que aspirados producen daño”.

Advierte que “la extrema gravedad de estos productos se basa en el masivo uso por parte de niños de muy corta edad” y “su fácil adquisición en kioscos, librerías y supermercados”.

La realidad que observa la titular del Servicio de Toxicología que funciona en el Hospital de Niños de La Plata es otra, al ser consultada , Ana María Girardelli aseguró que “nunca atendieron a un chico que haya aspirado un corrector líquido”, y dijo que “son más caros que los pegamentos y no tienen una cantidad suficiente de compuestos como para producir síntomas”.
Explicó, sin embargo, que “si existe algún trastorno psicológico puede surgir la posibilidad de adicción” como ocurre con otros elementos que no contienen compuestos químicos.

Sea como fuere, el tema ya llegó al Congreso Nacional donde un grupo de legisladores pidió la prohibición de la venta de todos los líquidos correctores. “Muchos niños y adolescentes desvirtúan la finalidad para la que fue fabricado, inhalando sus componentes. Este producto es muchísimo más fácil de conseguir que el masificado paco, tiene un precio accesible a cualquier bolsillo y posee una tremenda capacidad destructiva ya que el consumidor se vuelve adicto en pocas semanas”, explicaron los senadores Roberto Basualdo, Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso.

En ese sentido, la cartilla difundida por aquella entidad de Lanús concluye que “quienes están en contacto con escolares no deben pasar por alto posibles modificaciones de carácter o conducta”.

Pa tener cuidado y el ojo atento VIO

fuente---->ACA