sábado, 12 de septiembre de 2009
viejito
Iba un viejito por el bosque
cuando escuchó a sus pies una débil voz.
Se agachó y descubrió que quien
le hablaba era una ranita, quien le dice:
- Soy una princesa hermosa, erótica
y sensual, diestra en todos los placeres
de la carne y el amor.
La reina mala, envidiosa de mis encantos,
me convirtió en rana, pero sí me das un beso,
volveré a ser quien era y te daré todos los goces
y deleites que mi voluptuoso temperamento
y mi ardiente concupiscencia pueden producir.
El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo.
Asoma la cabeza la ranita
y le pregunta muy desconcertada:
- ¡¿Qué?!. ¡¿No me vas a besar?!
- ¡No! -respondió el viejecito-.
A mi edad es más divertido
tener una rana que habla,
que una maniática sexual...
cuando escuchó a sus pies una débil voz.
Se agachó y descubrió que quien
le hablaba era una ranita, quien le dice:
- Soy una princesa hermosa, erótica
y sensual, diestra en todos los placeres
de la carne y el amor.
La reina mala, envidiosa de mis encantos,
me convirtió en rana, pero sí me das un beso,
volveré a ser quien era y te daré todos los goces
y deleites que mi voluptuoso temperamento
y mi ardiente concupiscencia pueden producir.
El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo.
Asoma la cabeza la ranita
y le pregunta muy desconcertada:
- ¡¿Qué?!. ¡¿No me vas a besar?!
- ¡No! -respondió el viejecito-.
A mi edad es más divertido
tener una rana que habla,
que una maniática sexual...
Etiquetas: humor
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