martes, 16 de marzo de 2010

 

diplomacia

Una mujer estaba sola en su casa cuando oyó que alguien golpeó a la puerta.
Abrió y se encuentra con un tipo parado allí, que le preguntó:
—¿Usted tiene vagina?

Ella, disgustada, le cerró la puerta en la cara sin decir palabra.
A la mañana siguiente tocaron de nuevo a su puerta y era el mismo tipo que volvió a hacerle la misma pregunta:
—¿Usted tiene vagina?
Y ella volvió a darle con la puerta en las narices.
Cuando esa noche llegó el marido a la casa,
ella le contó lo ocurrido en los dos últimos días, y el marido, en tono cariñoso, le dijo:
—Mi amor, mañana me tomaré el día para
estar en casa, por si este tipo se presenta otra vez. Y así lo hizo.
Esa mañana, cuando
oyeron golpear a la puerta, ambos corrieron hacia ella y el marido le dijo a su mujer: —Amor, yo voy a esconderme detrás de la puerta para escuchar, y si es el mismo tipo quiero que contestes 'Sí' a su pregunta, porque quiero saber adónde quiere llegar.
Ella asintió con la cabeza y abrió la puerta.

Por supuesto, allí estaba, parado frente a la puerta,
el mismo tipo, que, al igual que en los dos días anteriores, le hizo la misma pregunta:
—¿Usted tiene vagina?

—Sí—, contestó ella.

Y el tipo respondió: Bien, ¿le importaría decirle a su marido que deje tranquila la de mi mujer y empiece a usar la suya?


Gracias XIMENA

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Comentarios:
Dentro de todo... muy fino!!

jajaja
 
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