domingo, 8 de agosto de 2010

 

nuevo yerno

Un muchacho, tocó a la puerta de la casa de su novia.

Tuvo el tino de abrir el Padre de la muchacha

- ¿Qué desea, joven?

- Pues, verá usted, vengo a hablar con usted...

- Bueno, pues, pase joven, vayamos a la sala y ahí me cuenta de qué quiere hablar conmigo.

¿Y bien?

El joven, todo decisión, respondió:

- Mire usted, vengo a comunicarle que a su hija y a mí nos gustaría compartir nuestras vidas, nos queremos casar.

El señor sonrió.

- Pues está muy bien eso de que se casen, pero cuénteme, muchacho, ¿ya cuenta con un salario digno para poder sustentar a mi hija y los hijos que vengan?

El joven, con todo el aplomo del mundo, contestó:

- Mire, aunque soy Ingeniero titulado, no gano mucho.

Sin embargo, su hija me ha comunicado lo que ganan su distinguida esposa y usted.

Por lo cual, confío en tener una pequeña ayuda de ustedes para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el supermercado.

Un poco sorprendido por la respuesta, el Padre, hizo otra pregunta:

- Bueno, ¿y piensan comprar un departamento o una casa?

¿O prefieren rentar....?

El joven, con mirada inocente, contestó:

- Si antes le pedí una pequeña ayuda para poder ir viviendo, hemos pensado que, como esta casa es muy grande y pueden vivir perfectamente dos matrimonios, no es necesario comprar o alquilar departamento o casa.

Deseamos vivir en esta casa con ustedes.

El señor, desconcertado por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:

- Dígame algo, ¿tiene automóvil?

El joven, sonriendo, respondió:

- Mire, no tengo coche porque he estado pensando que si usted tiene tres, para qué vamos a comprar uno más.

Usted nos deja el que les sobra y así no es

necesario adquirir otro.

En ese instante, entró en la sala la Madre de la novia, quien, mirando primero al joven y luego a su esposo, preguntó cordialmente:

- ¿Se puede saber de qué platican?

El esposo respondió:

- Querida mía, qué bueno que llegas, quiero presentarte al Señor Arbitro, quien pretende ser el futuro marido de nuestra hija..

El joven, desconcertado y molesto, inquirió:

- Oiga, ¿por qué me llama Señor Arbitro?

A lo que el presunto suegro reviró:

-Y bueno, grandísimo hijo puta
, ¿cómo demonios quieres que te llame si hasta ahora lo único que vas a poner en esta casa es el pito?

Etiquetas:


Comentarios: Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]