martes, 31 de mayo de 2011
peatones , los otros infractores
Automovilistas, choferes del transporte público y motociclistas, se sabe, cometen infracciones de tránsito por doquier y a diario. Los peatones, también actores principales del contexto vial, no se quedan atrás, y para ellos, aunque son alcanzados por las normativas que establecen cómo deben conducirse en la vía pública, no hay controles, y por consiguiente, no son sancionados
El código de tránsito provincial especifica que en las zonas urbanas los peatones deben circular "únicamente" por las aceras u otros espacios habilitados a ese fin, y en las encrucijadas, por la senda peatonal. Si ese espacio no estuviera demarcado, se aclara, el paso debe encararse por la parte de la calzada que prolonga la vereda en sentido longitudinal. "Está totalmente prohibido realizar el cruce por cualquier otro lugar", establece la norma. Además, se obliga a los transeúntes a atravesar las calles semaforizadas sólo cuando tienen luz verde los que circulan en su misma dirección; y la ley no permite tampoco esperar abajo del cordón, ya sobre la calle, a que cambie la señal de luz, esta última una costumbre muy arraigada entre los platenses.
Con todo, los peatones que cometen infracciones son pasibles de sanciones -multas, según especifica la ley- aunque en Control Urbano admiten que no se aplican.
En tres esquinas céntricas relevadas por este diario durante un horario pico de un día hábil y en los cuatro minutos que duran, aproximadamente, tres cambios de semáforo, se vio a las claras el comportamiento general de los peatones: de 246 personas que cruzaron la calle, 132 lo hicieron cometiendo alguna de las tres contravenciones señaladas en el código de tránsito provincial. La cifra indica un 53 por ciento de infractores, un porcentaje muy desajustado respecto a la ley.
A continuación se detallan las escenas registradas en cada esquina:
7 y 51: En líneas generales, y aprovechando que puede esperar en la rambla divisoria de la principal avenida de la Ciudad, la gente se abalanza sobre la calle, sin prestar atención al semáforo. Cruzaron en un rato 79 personas, de las cuales 38 no esperó la señal lumínica habilitante.
6 y 49: En este caso, muchas de las infracciones detectadas (30 sobre un total de 57 cruces) fueron porque los vecinos no atravesaron la calle por la senda peatonal, sino por el medio de la cuadra.
Diagonal 80 y 44: Zona de intenso movimiento urbano por la cercanía con la Estación de Trenes, en tres cambios de semáforo cruzaron 110 peatones, y 64 hicieron caso omiso de la figura naranja que no les permite avanzar. Con una gran afluencia vehicular, por ese tipo de faltas la esquina es un escenario constante de bocinazos.
En todos los cruces observados, y en un tiempo muy breve, hubo algún que otro reproche que apuntó a la conducta de los peatones. Un automovilista, por caso, que tuvo que frenar aunque disponía del permiso del semáforo para seguir, en la esquina de 7 y 51, le disparó a los gritos, a una mujer joven que no contempló la luz roja y se lanzó a la calle: "¿No te das cuenta de que me vas a hacer chocar?". Sólo recibió como respuesta de la infractora una mirada displicente. Situaciones como esta se repiten a diario en las calles y avenidas de mayor concentración vehicular.
El peatón, al cruzar por los lugares indebidos o sin respetar la luz verde que lo autoriza a avanzar por la calzada, no sólo pone en riesgo su integridad física; también coloca en una situación peligrosa a los ocupantes de un vehículo. Y esas circunstancias se ven a menudo con frenadas o maniobras bruscas a las que deben apelar los automovilistas y que se producen por la imprudencia de los que andan a pie y no cumplen con su parte en las reglas de tránsito. Los "esquives", y en esto insisten los especialistas en seguridad vial, pueden derivar en accidentes.
"Se trata de un problema de idiosincrasia -opinó el subsecretario de Control Urbano, Ignacio Martínez-. Casi no hay peatón que cumpla con las reglas. Por eso, nosotros, desde la Comuna, para ese sector de la población apuntamos a la educación, con charlas en las escuelas y el diálogo de los auxiliares de tránsito con los peatones en los puestos de control de infracciones".
El código de tránsito provincial especifica que en las zonas urbanas los peatones deben circular "únicamente" por las aceras u otros espacios habilitados a ese fin, y en las encrucijadas, por la senda peatonal. Si ese espacio no estuviera demarcado, se aclara, el paso debe encararse por la parte de la calzada que prolonga la vereda en sentido longitudinal. "Está totalmente prohibido realizar el cruce por cualquier otro lugar", establece la norma. Además, se obliga a los transeúntes a atravesar las calles semaforizadas sólo cuando tienen luz verde los que circulan en su misma dirección; y la ley no permite tampoco esperar abajo del cordón, ya sobre la calle, a que cambie la señal de luz, esta última una costumbre muy arraigada entre los platenses.
Con todo, los peatones que cometen infracciones son pasibles de sanciones -multas, según especifica la ley- aunque en Control Urbano admiten que no se aplican.
En tres esquinas céntricas relevadas por este diario durante un horario pico de un día hábil y en los cuatro minutos que duran, aproximadamente, tres cambios de semáforo, se vio a las claras el comportamiento general de los peatones: de 246 personas que cruzaron la calle, 132 lo hicieron cometiendo alguna de las tres contravenciones señaladas en el código de tránsito provincial. La cifra indica un 53 por ciento de infractores, un porcentaje muy desajustado respecto a la ley.
A continuación se detallan las escenas registradas en cada esquina:
7 y 51: En líneas generales, y aprovechando que puede esperar en la rambla divisoria de la principal avenida de la Ciudad, la gente se abalanza sobre la calle, sin prestar atención al semáforo. Cruzaron en un rato 79 personas, de las cuales 38 no esperó la señal lumínica habilitante.
6 y 49: En este caso, muchas de las infracciones detectadas (30 sobre un total de 57 cruces) fueron porque los vecinos no atravesaron la calle por la senda peatonal, sino por el medio de la cuadra.
Diagonal 80 y 44: Zona de intenso movimiento urbano por la cercanía con la Estación de Trenes, en tres cambios de semáforo cruzaron 110 peatones, y 64 hicieron caso omiso de la figura naranja que no les permite avanzar. Con una gran afluencia vehicular, por ese tipo de faltas la esquina es un escenario constante de bocinazos.
En todos los cruces observados, y en un tiempo muy breve, hubo algún que otro reproche que apuntó a la conducta de los peatones. Un automovilista, por caso, que tuvo que frenar aunque disponía del permiso del semáforo para seguir, en la esquina de 7 y 51, le disparó a los gritos, a una mujer joven que no contempló la luz roja y se lanzó a la calle: "¿No te das cuenta de que me vas a hacer chocar?". Sólo recibió como respuesta de la infractora una mirada displicente. Situaciones como esta se repiten a diario en las calles y avenidas de mayor concentración vehicular.
El peatón, al cruzar por los lugares indebidos o sin respetar la luz verde que lo autoriza a avanzar por la calzada, no sólo pone en riesgo su integridad física; también coloca en una situación peligrosa a los ocupantes de un vehículo. Y esas circunstancias se ven a menudo con frenadas o maniobras bruscas a las que deben apelar los automovilistas y que se producen por la imprudencia de los que andan a pie y no cumplen con su parte en las reglas de tránsito. Los "esquives", y en esto insisten los especialistas en seguridad vial, pueden derivar en accidentes.
"Se trata de un problema de idiosincrasia -opinó el subsecretario de Control Urbano, Ignacio Martínez-. Casi no hay peatón que cumpla con las reglas. Por eso, nosotros, desde la Comuna, para ese sector de la población apuntamos a la educación, con charlas en las escuelas y el diálogo de los auxiliares de tránsito con los peatones en los puestos de control de infracciones".
Etiquetas: Argentinlandia, datos de la ciudad, Mi Provincia, variadito
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