sábado, 28 de julio de 2012
Martin Vestiga--Banco y mororsos
Después de unas mini vacaciones de invierno, ya en mi ciudad natal, tras un tiempo largo alejado de los lugares habituales, y ya extrañando, decidí tomar una lágrima en "Hook", el destacado boliche platense. Me ubiqué en una de las ventanas con mejor vista hacia la calle 53, me senté y a pocos minutos de estar se aproxima mi querido amigo Alberto Bucho Nazo.
“Martín, tanto tiempo”. “Es cierto, mi querido amigo. ¿Cómo te va”. “No tan bien como a vos, cada vez peor, Martín”. “Contáme y no pierdas el tiempo”.Y ahí mi amigo se despachó: “Me llamaron del Banco Provincia para que fuera a regularizar la deuda, lo triste para ellos es que yo no debo nada, pero igualmente fui, me presenté en la sucursal, saqué número, esperé el turno tranquilo, llegado el momento fui atendido por una bella morocha. Le comenté del llamado y me anotició que estaba debiendo algunas cuotas del préstamo”.
“Le respondí: ‘Señorita, debe haber algún error, el préstamo me lo debitan de mis haberes desde el año que lo saqué, hasta hoy jamás me llamaron para reclamar nada’. Le exhibí mis recibos de sueldo donde consta el descuento, los observó y me pidió disculpas”, contó Alberto.
Y prosiguió: “La interrogué por el llamado y me respondió que, evidentemente, había una desinteligencia entre el Banco y quien debe girar los fondos que son descontados en concepto de créditos”.
“Perdón, usted me esta diciendo que me retienen el importe de la cuota, no se lo giran al Banco y yo quedo como moroso”, le dijo mi amigo. “’Y sí’ -le respondió la morocha de pechos turgentes’. Vio el problema financiero de la Provincia’”.
“’A mí no me interesa -le dijo mi amigo-, yo pago en término, que dejen de gastar en recitales y pintar de naranja todo los que se les cruza”. Ya fuera de sí, llamó a la moza (que también era linda), le pidió la cuenta, sacó su tarjeta de crédito y abonó.
Pero al toque veo que vuelve la señorita que nos atendió y le dice “perdón, pero su tarjeta está inhabilitada”. “De ninguna manera”, respondió Alberto Bucho Nazo, sacó efectivo, pagó y se fue volando al Banco.
“Martín, tanto tiempo”. “Es cierto, mi querido amigo. ¿Cómo te va”. “No tan bien como a vos, cada vez peor, Martín”. “Contáme y no pierdas el tiempo”.Y ahí mi amigo se despachó: “Me llamaron del Banco Provincia para que fuera a regularizar la deuda, lo triste para ellos es que yo no debo nada, pero igualmente fui, me presenté en la sucursal, saqué número, esperé el turno tranquilo, llegado el momento fui atendido por una bella morocha. Le comenté del llamado y me anotició que estaba debiendo algunas cuotas del préstamo”.
“Le respondí: ‘Señorita, debe haber algún error, el préstamo me lo debitan de mis haberes desde el año que lo saqué, hasta hoy jamás me llamaron para reclamar nada’. Le exhibí mis recibos de sueldo donde consta el descuento, los observó y me pidió disculpas”, contó Alberto.
Y prosiguió: “La interrogué por el llamado y me respondió que, evidentemente, había una desinteligencia entre el Banco y quien debe girar los fondos que son descontados en concepto de créditos”.
“Perdón, usted me esta diciendo que me retienen el importe de la cuota, no se lo giran al Banco y yo quedo como moroso”, le dijo mi amigo. “’Y sí’ -le respondió la morocha de pechos turgentes’. Vio el problema financiero de la Provincia’”.
“’A mí no me interesa -le dijo mi amigo-, yo pago en término, que dejen de gastar en recitales y pintar de naranja todo los que se les cruza”. Ya fuera de sí, llamó a la moza (que también era linda), le pidió la cuenta, sacó su tarjeta de crédito y abonó.
Pero al toque veo que vuelve la señorita que nos atendió y le dice “perdón, pero su tarjeta está inhabilitada”. “De ninguna manera”, respondió Alberto Bucho Nazo, sacó efectivo, pagó y se fue volando al Banco.
Etiquetas: datos de la ciudad, Mi Provincia.
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