martes, 31 de julio de 2012

 

mitos animales ( 1 de 2 )

Un año en un perro equivale a 7 años humanos:
Falso. Esta idea no es verdadera porque cada perro envejece a su propio ritmo. Por ejemplo, las razas pequeñas (las que no llegan a pesar 25 kilos), tardan 10 años en llegar a la vejez, por lo que un año humano equivaldría a cinco perrunos.

Los camellos guardan agua en la joroba:
No es precisamente que lleven un tanque de líquido vital en sus corcovas, lo que llevan es grasa, que les ayuda a pasar hasta tres semanas sin comer. El agua la llevan almacenada en el torrente sanguíneo. Y es que los camellos y dromedarios pueden beber hasta mil litros en tan sólo 10 minutos, su estómago y sus intestinos la absorben de forma muy lenta y su plasma sanguíneo aumenta la proporción del agua y los glóbulos rojos se hinchan hasta el 240 por ciento del tamaño normal, sin romperse.

Los ratones aman el queso:
Falso:
Resulta que a los roedores incluso les puede resultar desagradable el queso, porque el olor que despide este alimento es como un repelente para ellos que prefieren alimentos azucarados, como frutas o granos.

Los perros ven en blanco y negro y lo toros sólo ven el rojo:
Los animales y los colores. A diferencia de lo que se cree, los toros no pueden distinguir el color rojo, si acaso distinguen un par de ellos (colores), lo que les llama la atención es el movimiento del capote.
Por otro lado, los perros poseen una visión dicromática, con un punto neutro de 480 nanómetros, por lo que, además del blanco y negro, pueden distinguir el azul y el verde. Aunque, con un margen de longitud de onda bastante estrecho.
A diferencia de ellos, los gatos pueden distinguir hasta 6 colores y diversas gamas dentro de cada uno de estos.
Otros animales tienen visión de colores en base a la supervivencia; como las abejas que logran distinguir colores entre flores. O los pájaros que también saben diferenciar algunos colores, lo que les sirve para alimentarse y hasta para el apareamiento en los famosos reclamos sexuales.
Los reptiles, que generalmente viven de noche, no les sirve una visión a color.


Los camaleones cambian de color para adaptarse a su entorno:
Falso. La verdadera razón por la que estos animales cambian de color es por salud, por la luz, por la temperatura y hasta por el humor que tienen. Por ejemplo, si un camaleón está enojado, se pone amarillo y no es que se mimetice con su entorno cuando se siente amenazado.

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