martes, 23 de octubre de 2012

 

asamblea pìncha

Estudiantes vive días agitados desde lo institucional y esta semana se torna un poco más especial. Será el preludio para una Asamblea General Ordinaria que no se presenta como una más. Los números y los conflictos que se han desatado a lo largo de este mandato serán los temas centrales de una reunión que se presume caliente. El tema central será el Balance en rojo que se aprobó la semana pasada y que plantea una nueva política contable en el club. Los 46 millones de déficit más los 109 millones de pasivo son números que espantan pero que están controlados para la Comisión Directiva. En parte porque responsabilizan de las falencias a la antigua CD liderada por Rubén Filipas y no se hacen cargo de las propias. Pero los desacuerdos no se plantearon solamente a nivel externo, sino que dentro del gobierno del club son evidentes las diferencias. Los dichos de Carlos Botassi en la semana ilustran un problema que viene casi desde el comienzo de este gobierno. Vale recordar la renuncia rechazada de Horacio Repucci allá por agosto de este año. Hacia afuera, las culpas parecen recaer en la gestión Filipas. La muestra más clara es la investigación que lleva a cabo el Tribunal de Disciplina del club por el supuesto faltante de 21 millones de pesos entre el último balance de esa gestión y el informe de los 150 días de la actual. Un par de semanas atrás, Filipas y Nicoletti hicieron su descargo por escrito y dejaron en claro que para ellos se trata de una persecución política. De todas maneras, Enrique Lombardi ensayó a principio de mes una reivindicación poco solvente para los ex dirigentes. La gestión de un año que lleva adelante Quique, deberá responder por un tema que ya le genera un serio dolor de cabeza. Se trata de la demanda que le inició Topper por incumplimiento de contrato y que podría derivar en la pérdida de un juicio por 13 millones de pesos, algo a lo que los dirigentes del Pincha respondieron con confianza y claros argumentos que apoyan su postura. A esta “jaqueca” se le suman los numerosos juicios laborales que tienen a Carlos Bottegal y su grupo de trabajo como principales protagonistas. Una negociación que no se ha encausado y que va en vías de resolverse de la manera menos beneficiosa para las arcas económicas del Pincha. Temas que quizás se traten en la agenda de la Asamblea o que pasen desapercibidos. Pero de acuerdo a los antecedentes y a la idiosincrasia del hincha albirrojo quedarán marcados a fuego en su memoria.

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