viernes, 29 de marzo de 2013

 

ûltima cena en la city

La representación estuvo a cargo del grupo de teatro del Centro de Arte Crisoles. Convirtió el acceso a la Municipalidad de La Plata en una de las escenas más representativas de la liturgia católica. La Municipalidad de La Plata se convirtió durante el Jueves Santo en el escenario de la Última Cena, uno de los episodios evangélicos más representativos de la liturgia católica. Sobre el acceso al palacio de calle 12 se levantó la escenografía que representa el Cenáculo, la gran casa de Jerusalén donde Jesús vio por última vez a los 12 apóstoles, les lavó los pies y convirtió el pan y el vino en su cuerpo y su sangre. Con el marco de la Catedral en el otro extremo de la Plaza Moreno, y bajo el influjo religioso del papa Francisco, la representación congregó, en sus tres presentaciones del día, a numeroso público que se acercó, atraído por la música y las luces. La actuación estuvo a cargo del Centro de Arte Crisoles. Los apóstoles llegaron de a uno, observaron la escena, besaron la pared del Cenáculo y se acomodaron en la larga mesa donde esperaban los alimentos que compartirían con Jesús. El hijo de Dios llegó último y se mantuvo en silencio mientras sus fieles comían y charlaban. Después, ante el desconcierto de los comensales, los llamó de a uno, lavó sus pies y se los besó. Les demostraba con ello que era necesario humillarse y entregarse por completo al servicio que requiere el deber hacia el prójimo. Después les advirtió que uno de ellos iba a traicionarle. Cada uno de los discípulos empezó a preguntar si él era el que iba a traicionarle. La respuesta que Jesús dio fue interesante. Él les dijo: "Uno que moja el pan en el mismo plato que yo, va a traicionarme. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.". En ese momento Judas le pregunto que si él era el que lo traicionaría y Jesús respondió "Tu lo has dicho.". Antes de esta cena Judas ya había hablado con los líderes religiosos que conspiraban matarlo. Jesús continuo la cena tomando un pedazo de pan, bendiciéndolo y repartiéndolo entre ellos. Dijo: "Tomen y coman, esto es mi cuerpo.". Después tomó una copa de vino, la bendijo y mientras tomaban de ella dijo: "Beban todos ustedes de esta copa, porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados. Pero les digo que no volveré a beber de este producto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.". Después de cantar unos himnos salieron hacia el Monte de los Olivos, el lugar donde se cumplió la traición de Judas y donde Jesús fue arrestado. El juicio y la crucifixión de Jesús tomaron lugar el día siguiente.

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