martes, 16 de abril de 2013

 

fariña : de la plata al mundo

eonardo Fariña nació en 1986 en la ciudad de La Plata. Proviene de una familia de clase media. Sus amigos de la infancia recuerdan que era un chico de perfil bajo, muy distinto a este empresario verborrágico. También lo recuerdan sus compañeros de la Anexa, donde hizo el primario. Egresó del Colegio Nacional en la división séptima en el 2004. El hincha de Vélez comenzó los estudios de contador público en la Facultad de Ciencias Económicas en la UNLP, profesión de la cual se recibió. “Era flaco y no usaba barba, ahora está todo inflado y bronceado”, comentó uno de los compañeros de la promoción CXV del secundario a NOVA. Con el paso del tiempo, su círculo de amistades comenzó a transformarse. Sus amigos pasaron a llamarse contactos, y ya no son ni del barrio y ni del secundario, los nuevos usan traje y barba candado. Como si fuese poco, también tuvo relación con barras: fue denunciado por supuestos vínculos con Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), la agrupación de barrabravas que se unieron para el Mundial de Sudáfrica 2010. La denuncia, presentada por Jorge Adolfo Tort, señalaba al empresario como titular de la cuenta bancaria que los barras utilizaron para recaudar los fondos del viaje. De golpe, a fines de 2010, Fariña pasó a conducir autos lujosos y gastar cifras millonarias. El billete atrae: al poco tiempo se puso en pareja con Karina Jelinek. Su relación amorosa con la modelo arrancó el 28 de enero de 2011. Al mes de relación, invitó a Jelinek a Cancún y allí le propuso matrimonio con un anillo Tiffany´s, valuado en 40.500 euros. La fiesta fue en el lujoso Tattersall de Palermo, y costó unos 350.000 dólares. Luego se mudaron a un piso en Barrio Parque. La boda llamó la atención por varios motivos, no sólo por el dinero invertido: en la ceremonia no hubo familiares del marido. Entre los famosos que asistieron, estaban la vedette Iliana Calabró y su marido, Fabián Rossi, el supuesto encargado de vehiculizar las transferencias de Lázaro Báez a bancos del exterior mediante contactos que tenía en un estudio contable de Panamá. Después de unos meses de convivencia, en los que hubo idas y vueltas, Jelinek confirmó hacer horas que está nuevamente distanciada de su esposo. Se lo admitió llorando a un cronista de TV. La modelo dijo sentir “mucho dolor” y que por el escándalo se tomó "un impasse de Leo". Nunca quedó del todo claro de dónde salía su fortuna ni cómo la consiguió en tan poco tiempo y, cuándo se lo consultaban en los programas de chimento, respondía exaltado. En algún momento la AFIP denunció al flamante esposo por presunto enriquecimiento ilícito. Por entonces figuraban a su nombre un Audi coupé TT, valuado en U$S 200.000, un BMW X6 (U$S 444.000), un Audi R8 (U$S 280.000 dólares), una Ferrari 430, (US$ 400.000), un BMW M3, (U$S 125.000) y un M6 (U$S 150.000), entre otros bienes. Pero Fariña zafó: no tenía cuentas bancarias ni tarjetas de crédito a su nombre. Su único ingreso en el momento era como empleado de la compañía Real Estate Investment Fiduciaria S.A. un trabajo que había conseguido el mes anterior y que le pagaba un sueldo de apenas 6.413 pesos mensuales. También figuraba como socio y director suplente de la empresa Andrómeda Corporate, que se constituyó en noviembre del año pasado pero no posee actividad comercial. El nombre del platense sonó con fuerza en todos los titulares nacionales luego de una investigación periodística. En una cámara oculta, reveló que trabajó para el empresario Lázaro Báez: le sacó del país 55 millones de euros y los transfirió al exterior por fuera del sistema legal. Con el lío a cuestas, se sospechaba que Fariña había abandonado el país. La modelo Jimena Cyrulnik, aseguró haber visto al empresario en el aeropuerto internacional. También, el periodista Héctor Yemmi reveló que el platense partió con destino Madrid. “Me contó una amiga que trabaja en Ezeiza que buscaba cualquier vuelo inmediato con destino a Europa“, agregó. Pero el empresario no se fue a ningún lado, y este martes tuvo su última aparición en un famoso programa televisivo de chimentos. “Cuando vayamos a declarar, se va a perder la credibilidad de Jorge Lanata y muchos periodistas que salieron a hablar, no van a poder comprobar las infamias que desparramaron por todos lados”, acusó Fariña. Pidió disculpas a las personas que tuvo que nombrar en la cámara oculta, como Lázaro Baez y Cristina Kirchner: “Yo sabía que me estaban grabando, por eso hablé, venían difamándome hace años; ahora tienen que mostrar pruebas contundentes de lo que denuncian, esa cámara tiene solo palabras, no hechos”. Fariña quiere ir a fondo por el Grupo Clarín: “Lanata y muchos más me buscaban hace tiempo, me quisieron traicionar, pero los hice entrar. Dijeron hasta que era un hijo no reconocido de Néstor Kirchner, a quien admiro”. Federico Elaskar también me difamó, y va a tener que atenerse a las consecuencias legales. Me despidieron de la empresa en la que trabajaba por éste escándalo”, concluyó el platense.

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