La Plata, Ciudad Generosa

Un grupo de 14 gallinas de Guinea alborotó durante dos días la plaza Moreno de La Plata. El domingo pasado, los animalitos escaparon, en bandada, del jardín de la antigua sede del Arzobispado, y luego aparecieron en el espacio público de la ciudad. Recién en las últimas horas lograron atrapar algunas, mientras otras seguían rondando por el lugar y una murió apedreada por un grupo de chicos. Tal fue el revuelo generado por las gallinetas – como suele llamarse vulgarmente a esta especie, de origen africano -, que el Arzobispado dispuso un operativo de rescate, con personal que cruzó hasta la plaza central y esparció granos de maíz sobre una red, al lado del árbol donde las aves se habían asentado, según consigna el diario local El Día. De esta forma, lograron cazar y devolver a la sede eclesiástica - ubicada en las calles 14 y 53 - cuatro ejemplares, uno de los cuales es un gallo. Tres desaparecieron y seis se encuentran en otro árbol, frente al edificio. Sin embargo, hubo tristeza por la gallina que fue atacada con piedras hasta morir. Al principio, cuando las aves se escaparon del corral construido en el Bosque del Arzobispado, las autoridades no se preocuparon. “No nos pareció mal que estuvieran en la plaza, al contrario, podían formar parte del paseo. Pero cuando supimos que a una la habían matado a piedrazos ya no nos pareció tan buena idea que estuvieran sueltas”, explicó al mencionado periódico Raúl Sidders, capellán del colegio San Vicente de Paul y a cargo del gallinero. Las gallinetas fueron adquiridas por Sidders en la feria de remates de aves de corral de Carmen de Areco, cerca de una de las dos escuelas rurales que están bajo las directivas del Arzobispado. Cada espécimen no sale menos de 100 pesos, pero en la iglesia no las quieren por su carne ni por sus huevos “Las tenemos por tener; porque nos gustan”, aseguró el sacerdote. Con respecto a los animales que todavía están sueltos, aclaró que no se harán mala sangre porque “no son un problema, no le hacen mal a nadie. Ya las vamos a agarrar. En algún momento van a bajar a comer y, con la red, las traeremos sin ningún problema al corral”.

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