miércoles, 1 de mayo de 2013

 

Inundacion, el tema del suelo

El Doctor en Ciencias Naturales de la UNLP, Ramiro Sarandón advirtió  ante la Comisión Investigadora que "los efectos del cambio climático no son tan graves como los que se aplican al uso del suelo", por lo que recomendó revisar el Código de Ordenamiento Urbano (COU).
De esta forma el crecimiento de la ciudad sin una regularización planificada en base a estudios científicos, elevaría la peligrosidad ante eventos "extraordinarios" como la última tormenta sufrida el pasado 2 de abril. "Aparte del cambio climático global, la transformación del suelo tiene efectos similares y hacen más catastróficos los eventos extraordinarios como este", remarcó Sarandón ante los ediles.
Durante su exposición, el especialista hizo especial hincapié en la necesidad de "una planificación del suelo, con la no ocupación de aquellos sectores con alto riesgo de inundación" y la realización de obras hidráulicas; además de controles desde el Estado para que la gente no ubique sus viviendas de manera espontánea, en zonas peligrosas. "En realidad los efectos asociados a los usos del suelo serán más importantes que los cambios vinculados al cambio climático", subrayó Sarandón, ante lo cual el edil del FAP, Gastón Crespo hizo alusión al polémico Código de Ordenamiento Urbano, que permitió en el último tiempo el crecimiento inmobiliario sin tener en cuenta estas recomendaciones.
Continuando con la disertación, el Doctor en Ciencias Naturales, afirmó que "la ciudad está en el medio de un río, que cada cierto tiempo cambia de volumen", dando respuesta al motivo por el que se produjo la última inundación, e hizo que en algunos lugares el agua alcanzara los dos metros. Ante esta afirmación, los ediles consultaron sobre cuál sería la solución para evitar futuras inundaciones, debido a que se estaría hablando del Casco Urbano; para lo que Sarandón recomendó: "Será necesario dejar ciertas zonas con suelo permeable para las edificaciones y hacer mapas de riesgo y si hay sectores urbanos que no se pueden relocalizar, hacer obras hidráulicas mayúsculas, o evitar de alguna forma que el agua llegue tan rápido para paliar las consecuencias".  "Es necesario plantificar la implementación de estrategias adaptativas para prevenir con medidas estructurales (obras hidráulicas) y realizar normativas sobre el uso del suelo", recalcó, dejando en claro la necesidad de contar con un Código de Ordenamiento Urbano que tenga en cuenta estos factores.
"Hay que tomar previsiones para no estar en el fondo del río. Asegurar el mantenimiento de los cursos de agua y canales, de la limpieza de los cauces. Planificar para no ocupar aquellos sectores con alto riego de inundación y tratar de definir zonas que serán como cuencas para que se inunden y no dañen lugares importantes; además de dejar ciertas zonas con suelo permeable", indicó. Asimismo, mencionó que "el incremento en el ecosistema urbano e invernáculos producen una impermeabilización del suelo.
Si asumimos que del año 1986 al 2011 se incrementaron las zonas de invernáculos, la proyección en el suelo indica que habrá menos infiltración y mayor escurrimiento. Si cambiamos el pasto por asfalto el agua cae y sólo escurre, no filtra a la profundidad". "El uso urbano se ha extendido en un 5 %. La transformación del uso del suelo genera una dinámica distinta. Entonces el escurrimiento se está intensificando", culminó Sarandón.

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