La Plata, Ciudad Generosa

Esta es la pelea que nos faltaba en la televisión argentina. Ahora se reflota una pelea de hace años para levantar el promedio de los programas y darle prensa a las dos: una con la ola pedorra y sus deplorables políticos al asador (Flavia Palmiero), el programa más repulsivo que se ha visto en la televisión por cable y la otra con la gira de “Los Grimaldi” (Nazarena Vélez), que no viene muy bien de entradas, pero se agrandó ahora que es “productora”. Todo transcurrió cuando la cascoteada conductora de “La ola verde” estaba haciendo un evento, según dice “para gente grande”, aunque seguro había algún que otro pibito porque todos sabemos los gustos sexuales a la carne joven de la conductora, cuando llegó la pequeña Barbarita y Flavia la desterró de una manera deplorable de su casa. Esto desató la furia de la “productora”, quien quiso pegarle, pero su propia hija la frenó. Todo esto resucitó en el programa de Ángel De Brito, cuando la mediática dijo: “En cuanto me cruce a esta vieja de mierda la cago a trompadas”, bien fino el asunto. Luego se recorrió todos los programas de espectáculos, donde indicó: “Esta es una vieja que se hizo conocida por succionarle el pene a Macri, quién se cree que es para insultar a mi hija”, y agregó que “es muy chico este mundo y a ésta ya me la voy a cruzar y ahí vamos a ver”. Como vemos, todo digno de finura, mientras tanto la blonda conductora de “La ola” deplorable confesó: “Chicos, no soy mediática, ella sí y hace todo esto para sentarse en los programas de espectáculos todos los días, yo no la conozco a la chica esta, no sé cómo se llama”, y finalizo: “yo ya estoy en otra cosa, con mis políticos al asador que me va bárbaro y la verdad es que no tengo ganas de seguir con todo esto”. Esta es una de las tantas peleas televisivas más de cuarta categoría que se vio. Una con descalificativos más que desagradables y la otra haciéndose la diva con un programa que no lo mira ni la madre. Esta es la televisión que tenemos y la que nos merecemos, sin dudas, le seguimos dando lugar a los mediáticos y después nos quejamos. Así pasa una pelea más de dos gatos viejos y cascoteados.

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