La Plata, Ciudad Generosa

Vecinos del barrio La Loma, cuestionaron la ampliación de la Diagonal 73 en el tramo que va de calle 41 a 44, y reclaman que se retire el semáforo que está sobre calle 43, ya que “estamos sufriendo a diario un tránsito inadecuado porque el semáforo está mal sincronizado y se junta una cola interminable de autos y camiones”. Según denunciaron en un comunicado remitido a INFOPLATENSE, los vecinos reclaman que en el lugar “las casas tiemblan con el ruido de los motores de los grandes camiones y sobre todo los bocinazos que se dan a toda hora”. A esto se le suma el inconveniente que les genera a los vecinos las extensas colas de vehículos, que les impiden sacar sus autos de los garajes, e inclusive complica el tránsito de las ambulancias, se explicó. “Antes de que pusieran el semáforo el flujo de autos era normal, fluido. Luego ensancharon la diagonal 73 achicando la rambla con la excusa de que iba a mejorar el flujo del transito y luego la remataron con los semáforos que regulan el paso del diagonal 73, calle 43 y calle 20”, se explicó. En ese marco, se explicó que “la cuadra que está sobre calle 43 que esta justo antes del semáforo es la más afectada debido a que quedó encajonada entre el diagonal 73 y la avenida 19. Es decir el flujo de autos que va hacia 43 es muy grande y mas teniendo en cuenta que a una cuadra esta plaza Azcuénaga”. “El embotellamiento de autos y bocinazos es permanente, no se puede vivir. Esto fue denunciado varias veces a Transito de la Municipalidad de La Plata pero se hacen los distraídos”, cuestionaron, y remarcaron que “le pedimos por favor a la Municipalidad que recuerden que esto es una calle, no una avenida”. LA FERIA A su vez, los vecinos criticaron que todos los fines de semana se instale en la Plaza Azcuénaga una feria de artesanos y venta de alimentos, ya que “no sólo se apropia de la plaza y los vecinos ya no pueden llevar más a sus hijos a jugar, sino que contribuye a que los fines de semana también el semáforo este abarrotado de autos tocando bocina”. “La feria provoca demasiados trastornos al barrio desde que se instalaron ahí, no se puede disfrutar más de la plaza, los autos estacionados obstruyendo las salidas de los garajes sin saber donde está el dueño durante horas, y los ruidos molestos de la música fuerte”, cuestionaron.

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