La Plata, Ciudad Generosa

  Una joven de 18 años murió de un balazo en el abdomen al quedar en la línea de fuego de un policía bonaerense que pretendió evitar la huída de cuatro delincuentes que acababan de asaltar un restaurante, en pleno centro de La Plata, informaron fuentes policiales. La víctima fatal fue identificada por la policía como Nélida Soledad Bowe (18), cuyo cadáver aún permanecía esta mañana en la morgue del Hospital San Martín de La Plata.
  El subsecretario Operativo del Ministerio de Justicia y Seguridad, Emiliano Baloira, informó  que “en la huida los delincuentes no efectuaron ningún disparo” y confirmó que el sargento que baleó a la joven en La Plata “se encuentra detenido a disposición de la investigación judicial”.    El funcionario informó que “el Sargento se encontraba en el restaurante al momento en que dos delincuentes ingresan a robar” y detalló que al grito de  "alto policía", logra que los dos malvivientes huyan del lugar. “Al perseguirlos, escucha que uno de los delincuentes grita a su compañero `tirale, tirale`; y el efectivo de la policía en un acto reflejo dispara un tiro que impacta en la joven de 18 años”, explicó
Informó que “los delincuentes lograron escapar. Por ahora no hemos dado con estos malvivientes pero estamos con todos los recursos puestos para dar encontrarlos”.
  En relación al efectivo, identificado como Mauricio Aguirre, se explicó que “hemos inmediatamente intervenido con asuntos internos, y ahora se evaluará la situación del efectivo, quien quedó a disposición de la justicia”. Finalmente, sostuvo que “estamos asistiendo con especialistas a la familia de la víctima, este tema nos preocupa y estamos poniendo muchos esfuerzo en resolverlo”.
Viviana, hermana de Soledad Bowe,  dijo que el efectivo "no se fijó si había gente, nada".
   "Estábamos en la esquina esperando entrar al recital y vimos que venían unos chicos corriendo", contó desgarrada por el dolor, la hermana de la víctima, quien explicó que "no hubo enfrentamiento" y alcanzó a ver que "los de la moto eran dos que iban agachados".
   Entre lágrimas, y rodeada por su familia, compuesta por ocho hermanos en su vivienda de calle 121 y 525, Viviana recuerda cómo fue la secuencia siguiente, cuando Soledad ya había sido alcanzada por el disparo mortal: "se dio vuelta y me decía `me pegaron, me pegaron´, y cayó. Cuando llegó la ambulancia ella todavía estaba con vida, se quejaba. La llevamos al hospital, la entraron y no la vi más". "No se fijó si había gente, nada. Me podría haber pegado a mí, a cualquiera", dijo sobre el accionar del efectivo policial, que quedó detenido y a disposición de la justicia (ver más).

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