martes, 24 de septiembre de 2013

 

Jueputa sopre, por ahora

Desde la noche de este lunes, el platense Cristian Martínez Poch está detenido luego de que el jefe de la UFI N° 6 de La Plata, Marcelo Romero, solicitó al juez penal interviniente el allanamiento de su domicilio para constatar si en el mismo había una mujer cuyo paradero se desconocía, cosa que finalmente ocurrió.
 En dicho allanamiento al domicilio de Martínez Poch las autoridades judiciales y policiales se encontraron con la mujer que días antes lo había denunciado en sede judicial por golpes, maltratos y otros hechos de violencia que incluyeron pinchazos y cortes por distintas partes de su cuerpo.
 Al ingresar, los efectivos pudieron constatar que la víctima era la abogada Vanesa R--l, quien había conocido a Martínez Poch en un boliche platense hace muy poco tiempo. La familia de la letrada había denunciado su desaparición.
De acuerdo a lo que se pudo saber , Martínez Poch es un hombre de la “noche platense” que se mueve en autos último modelo y suele frecuentar boliches en donde despliega todo su “glamour” con un objetivo: seducir a cuanta mujer se le cruce en su camino.
 Buenas “pilchas”, buena apariencia, auto último modelo, billetera generosa… Un cóctel de encantamiento para  casi cualquier mujer.
 Sin embargo, y tal como le pasó a la abogada R--l, tras ese “maquillaje” del bon vivant se escondía un tipo macabro: un maltratador verbal y un golpeador, a tal punto de humillar a sus víctimas con prácticas sadomasoquistas. Vanesa R--l se había presentado hace pocos días en un juzgado platense para denunciar a Martínez Poch. Ese día, se podían ver claramente los pinchazos por distintas partes de sus brazos y piernas, además de hematomas en el cuerpo y en el rostro producto de los golpes sufridos.
  En ese momento, las autoridades judiciales lograron que se pusiera en práctica una especie de “cerco perimetral”, que en definitiva es la delimitación de una zona que el victimario no puede frecuentar.
 Sin embargo, y para no estar al acecho de Martínez Poch en la capital bonaerense, R--l se trasladó hasta la ciudad bonaerense de Cañuelas, distante a unos 80 kilómetros de La Plata. Y todo parece indicar que hasta allí se trasladó el hombre de la noche.
 Cuando se perdieron los rastros de R--l, su familia empezó a temer lo peor. Volvieron a la sede judicial para realizar una denuncia por averiguación de paradero con la sospecha de que Martínez Poch la tenía secuestrada. El allanamiento habló por sí solo: R--l, finalmente, estaba secuestrada en el domicilio de Martínez Poch, quien inmediatamente fue detenido.
 El fiscal Romero, si la justicia funciona y nadie “embarra la cancha”, tiene todos los elementos para solicitar una condena efectiva y ejemplar.

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