sábado, 21 de septiembre de 2013

 

MARTin vestiga: si hay miseria que no se note

Es sabido que la provincia de Buenos Aires no está pasando por su mejor momento económico.
Como siempre, ¿no?
También es sabido que últimamente he abandonado las improductivas charlas de café para apersonarme en los lugares de los hechos. Dejé un poco la “rosca” en virtud de la observación directa.
 Así fue que, el otro día, logré colarme en el acto de asunción de Alejandro Granados al frente del Ministerio de Seguridad.
Que no hay plata en la Provincia es un hecho que no escapa a nadie: basta ver las sucesivas manifestaciones que los empleados estatales llevan adelante a lo largo de las semanas en reclamo de blanqueos y reivindicaciones salariales.
 La cuestión fue que ese viernes 13 de septiembre, la pobreza institucional en el gobierno de Daniel Scioli quedó a flor de piel.
En los preparativos al evento de presentación en la Gobernación, del cual participaron mas de 600 personas, el personal de mantenimiento tuvo que recurrir a insólitas maniobras para poder iluminar el Salón de Usos Múltiples (SUM) del edificio de calle 6.
 Aunque cueste creerlo, los empleados de ese sector tuvieron que sacar lamparitas de las oficinas para instalarlas en el majestuoso escenario que fue ocupado por altos funcionarios ejecutivos, encabezados por Scioli, el hoy ministro de Justicia Ricardo Casal y el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
 "Es una vergüenza, nos pidieron que dejemos a oscuras las oficinas para llevar las lamparitas a la zona del SUM. Nunca viví algo similar", se quejó un empleado en los pasillos de la Gobernación.
Todo para adornar la asunción del Sheriff. Si hay pobreza, que no se note. Qué lindo es dar buenas noticias. Así están las cosas, país. Y se las hemos contado.

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